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Amelie Jones.

Jamás creí verlo tan pronto en mi casa, siempre han dicho que los ojos son la ventana del alma, que la mirada dice más que cualquier palabra que pudiera salir de los labios de una persona y en su oscurecida mirada lo único que podía ver era culpa y arrepentimiento.

Mi cuerpo se volvió rígido de solo verlo llamando a mi puerta, Christopher Vélez siempre ha sido un hombre que jamás se dará por vencido y que enfrenta los problemas, sabía que no iba a tardar mucho en tenerlo frente a mi puerta, pero verlo aquí me dejaba en shock.

Tengo tantos sentimientos encontrados, dolor, enojo, culpa, por una parte, el odio hacia su persona, el verlo aquí me hace querer descargar mi rabia ante él y darle unas fuertes cachetadas, por otro lado, ver la culpa y el arrepentimiento en sus ojos me hace querer abrazarlo con fuerza y perdonarle todo, sin importar qué.

El enojó que siento no solo es por él, también es por mi porque sé que yo podría perder la dignidad solo por él y eso me enfurece, me enoja saber que no puedo respetarme y que todo mi ser está dispuesto a perdonarlo con tan solo verlo.

Su cabello luce aún despeinado, la camisa sigue mal acomodada, su aspecto desprolijo solo me hace querer acomodar los mechones de su cabello, y acomodar bien su camisa, oler el aroma que desprende su cuerpo y fundirme en el sabor de su boca. Su cuerpo es cubierto por un costoso traje color negro.

En sus manos trae un hermoso ramo de flores y unos chocolates, sus ojos examinan mi rostro, me recorren con lentitud sé que trata de leer mi reacción, mi corazón bombea con fuerza dentro de mi pecho, mis manos las mantengo aferradas a la puerta, mi cuerpo comienza a temblar, quiero acercarme a él y aferrarme a su cuerpo hasta la eternidad, pero debo mantenerme firme.

Su cuerpo comienza a descender a pasos lentos.

¿Se arrodillará?, no, por favor no lo hagas Christopher, no te humilles así, no ante mí.

Yo no podría soportarlo.

Pero lo hizo, sus rodillas tocaron el suelo.

Mi pecho se contrajo al verlo ahí arrodillado ante mí, jamás me imagine que él pudiera hacerlo, Christopher Vélez el peor de los mujeriegos, el hombre que solo ve a las mujeres como algo remplazable está en estos momentos arrodillado ante mí.

Su mirada conecto con la mía, sentí esa chispa que nos unía y que sabía que me mantendría unida a él por mucho tiempo, esa conexión que jamás había sentido por nadie ni siquiera por Erick. Su mirada llena de tristeza me analizo para después poner amabas manos frente a su pecho mientras me miraba. Yo por mi parte no pude verle, tan solo me dediqué a ver la calle que era alumbrada por las farolas y la hermosa luna.

— Amelie, sé que soy el peor de los idiotas, sé que no merezco tu perdón, pero necesitamos hablarlo, aclarar las cosas. — comenzó diciendo de rodillas, no quería voltear a verlo porque mi corazón no lo estaba soportando, el dolor le rasgaba la garganta, podía escuchar cuanto le afectaba esta situación, en mi caso el nudo está intacto en mi garganta manteniéndome sin poder decir palabra alguna. — Amarte es poco, créeme que eres la mujer más importante en mi vida, jamás creí que me podría enamorar tanto de alguien como para que mi vida solo girará a su alrededor, pero paso, sé que te decepcione y que tal vez no merezca tu perdón, pero estoy dispuesto a todo con tal de demostrarte lo mucho que te amo.

Esas dos palabras tienen un gran impacto ante cualquiera, cada vez que de sus labios salía un te amo hace que se aceleré mi corazón.

Mi corazón no podía permitirle quedarse más tiempo en ese estado, su voz comenzaba a sonar rasgada, como si estuviera a punto de llorar.

Sexo 𝑠𝑖𝑛 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐀𝐃  |Christopher Vélez| +18 ©Where stories live. Discover now