| 68. |

1.5K 125 156
                                    

Amelie Jones.



Aún en su regazo y con sus manos paseando con lentitud por mi cuerpo seguimos hablando, ya había perdido la noción del tiempo, solo quería quedarme con él aquí y ahora.

— ¿Qué pasará cuando se lo digas a Erick?

— Saldré de casa, lo dejaré para que piense las cosas y volveré dentro de veinticuatro horas con el divorcio en mano.— mis manos las bajó de sus hombros y las colocó en su pecho. — Comencé con el trámite de divorcio hace algunas semanas y mañana por la mañana lo tendrán listo.

— Puedes venir a casa, mandaré a Oliver para que te busque.

— No es necesario, quiero estar sola y pensar mejor las cosas, estaré en una pequeña casa que tengo a las afueras de la ciudad.

— Yo estaré encantado de tenerte en mi casa.

— Iré a esa casa, quiero pensar y teniéndote como distractor no será la mejor forma.

— ¿Estamos bien? — preguntó mientras acerco sus labios a los míos. — Siento que aun estas molesta.

— No es fácil.

Y no estaba mintiendo, si es verdad que lo amo y él es todo para mí, pero tal vez fue muy rápida la decisión, con todos los problemas que recorren mi mente. Decir que lo odio es imposible Christopher es alguien a quien no puedo odiar, pero pensar y recordar lo que vi hace algunas horas sí que es jodido.

— Lo entiendo, tal vez si merezco sufrir. — siguió hablando con esa cercanía, solo milímetros nos separan, su cálido aliento choca en mi boca.

— Nadie merece sufrir por amor, y no digas eso, solo sigo algo confundida es todo, además de tensa por lo que esta apunto de suceder.

— Pero después de esto ya podremos ser felices, estoy ansioso por tenerte en mi casa y despertar a tu lado todas las mañanas.

Una sonrisa apareció en mis labios, es verdad que deseé pasar mi vida con él, es verdad que en más de una ocasión fantaseé con despertar a su lado, pero no le pondría las cosas tan fáciles, si íbamos a estar juntos las cosas las haríamos correctamente a partir de ahora. No pensaba vivir con él hasta que no hubiera una propuesta.

— ¿Quién dijo que vamos a vivir juntos? — respondí con una sonrisa.

— Yo. — respondió cortante y con una sonrisa. — ¿Acaso no quieres eso? — su rostro se enterró con cautela entre mi cuello dejando suaves besos. — Quiero despertar a tu lado, hacerte mía por todo el lujoso pent-house, en la ducha, la oficina y en cualquier sitio, no habrá día en el que me sacie de ti, eres mi perdición más grande, Amelie.

— Lamento cortarte la inspiración, pero no pienso vivir contigo, por ahora. — con cautela me levanté de su regazo.

Christopher me miró atento y en su rostro apareció un pequeño puchero, era tan tierno cuando se ponía de ese modo, parece un niño al que le han quitado un juguete, se levantó de inmediato y yo camine hasta el otro extremo del sofá.

— No huyas de mi, Amelie Jones. — reprochó.

 —No estoy huyendo. — respondí con una sonrisa mientras recargo mi cuerpo en el sofá.

— ¿No quieres vivir conmigo? — respondió posándose frente mío. — Creí que esa idea te haría muy feliz. — sus manos me tomaron por la cintura, me di cuenta de se cambió, últimamente estaba más posesivo que nunca. — Lo tengo todo planeado, Bailey y tú son más que bienvenidos, tendrás uno de los salones a tu disposición para que puedas pintar o esculpir, hay un parque cerca donde podremos ir y pasear a Bailey, y yo estaré feliz de hacerte mía a cada hora del día.

Sexo 𝑠𝑖𝑛 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐀𝐃  |Christopher Vélez| +18 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora