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MARATÓN 1/3.

capítulo largo .

C O N T E N I D O + 18

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C O N T E N I D O + 18.

Amelie Jones de Colón.

Sus dedos son mi tortura más grande el como los mueve y sumerge en mí, sus dos dedos suben y bajan por mi hendidura yo suspiro mis ojos cerrados a más no poder.

Sus dedos están chapoteando entre mis pliegues, lo siento embestir con sus dos dedos, mientras que con el pulgar da leves masajes en forma circular sobre ese botoncito de tanto placer que hay en mí, con eso no solo me hace soltar un grave gemido sino que también hace que mi labio sangre ya que lo muerdo tratando de evitar mi gemir tan alto.

— Pequeña gatita no te restrinjas, gime y grita si es necesario. — Christopher besa y chupa mi cuello una vez termina de decir eso. - Amo tus gemidos, tus gritos, — sube hasta llegar a mi oído y antes de besar sutilmente el lóbulo, susurra — eres perfección mi pequeña gatita.

«Christopher»

Es todo lo que sale de mis labios, su nombre es tan gemible, él es el único que me puede hacer perder el control pero ya necesito más, necesito más que sus dedos, necesito su hombría, lo necesito dentro, penetrando con la fuerza y rudeza que solo él sabe, aunque también con ese cariño que él puede causarme, necesito sentir como ensancha mi feminidad mientras me acopló a su miembro en mi interior.

Chris... Por favor te necesito... — suplicó con voz entrecortada.

— ¿Qué exactamente necesitas, pequeña?— susurra con esa voz que me hace excitar más si eso es posible.

—Te necesito a ti, necesito sentirte dentro, sentir como me embestes con fuerza, el como tus manos se marcan en mi cintura por tu agarre fuerte.

— ¿Todo eso quieres?

— Sí, por favor. — volví a suplicar y rogar.

— Pienso hacer eso y más, pienso cumplir cada una de tus fantasías.

— ¿To...das?

— Todas... — hizo una pequeña pausa y después continúo. — Hasta las más perversas que pasen por tu cabeza.

El hecho de tan solo imaginar eso casi hace que me derrita sobre sus brazos.

— Cuéntame por cual quieres que empecemos.

— Por lo que sea, solo necesito sentir tu polla dentro.

— Esa boquita señorita.

— Lo siento, pero ya estoy tan excitada y frustrada por qué no me la des que las malas palabras salen de mí.

— Cuéntame tu fantasia, la última que hayas tenido conmigo.

— No, me da pena...

— Pequeña no debería, el sexo es de lo más normal y si crees que voy a juzgarte jamás lo haría.

Sexo 𝑠𝑖𝑛 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐀𝐃  |Christopher Vélez| +18 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora