Capítulo 8

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Rubí

Mañana es la inauguración del restaurante, hace un mes comenzaron las remodelaciones, desde entonces mis días han sido entrevistas para contratar cocineros, camareros y personal de limpieza, además de evitar los coqueteos de Marco. Apenas duermo en las noches debido a los nervios y el miedo de que algo no salgo como espero.

— ¿Puedo entrar? — pregunta Marco desde el umbral de mi oficina la cual no se parece a la de hace unos treinta días atrás.

Ahora tiene un color crema en las paredes, una minibiblioteca donde guardo varios libros de poesía y otros de gastronomía escrito por los más grandes profesionales en la rama, un pequeño escritorio y un sofá más unos butacones para atender a las visitas.

— Adelante.

— He echado un último vistazo y todo está listo para el gran día.

— Perfecto, cuánto te debo — saco mi talonario esperando a que me diga la cifra.

Extiende la mano enseñándome la factura en el móvil, le firmo el cheque y se dirige a la puerta.

— Estás invitado a venir mañana, puedes traer a quien quieras.

— Gracias — dice algo confundido —. No me lo esperaba, me has evitado todo este tiempo.

— Solo estaba ocupada — miento inventando una excusa poco creíble, pero no le voy a dar la satisfacción de decirle que sí.

Acepta y se marcha dejándome frente al ordenador revisando varios detalles del menú y unos asuntos pendientes que tengo en París.

Horas después salgo del lugar y lo miro nuevamente, quedó tal como lo ideé, tiene tres divisiones espaciosas decoradas al estilo brasileño, francés e italiano respectivamente, cada cliente escogerá lo que desea comer y según sus elecciones serán ubicados en la sección correspondiente. En el centro hay una barra en forma circular donde podrán pedir tragos sin necesidad de acompañarlos con alimentos. Del techo cuelgan varias lámparas tipo araña que dan visibilidad y hacen al sitio agradable, las paredes de cristal permiten una mejor vista de las deliciosas aguas de Copacabana. Afuera hay un cartel iluminado con luces de neón que dice Blue Sea, el nombre que elegí junto a Clarissa y Katheryne. Subo al auto y voy directo a mi apartamento queriendo tomar una ducha caliente para relajarme. Al llegar diviso el vehículo de Marco en el edificio de al lado y no puedo evitar molestarme, se la pasa coqueteándome y lo veo aquí cada dos por tres.

Después de comer una pizza y patatas fritas voy a la cama para intentar conciliar el poco sueño que tengo. No sigo una dieta muy decente, la comida chatarra es mi favorita, si no fuera por la rigurosa rutina de ejercicios que hago cada mañana estaría como una vaca. 

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Siento las manos cálidas de mi madre acariciándome el cabello mientras acomoda mi vestido rosa de varios vuelos .

— Chicas estáis listas —. pregunta mi padre con una voz dulce y aunque no lo veo sé que tiene una sonrisa en el rostro 

Salimos a cenar con unos socios de la empresa de mis padres y regresamos casi a media noche. Mi madre sube junto a mí a la habitación, me coloca la pijama de dos piezas con pequeñas flores y me cubre con una cobija. Toma El Principito de la mesilla de noche y comienza a leerlo justo por donde se quedó la noche anterior. Termina de leer y besa mi mejilla, se dispone a dejarme a solas cuando un ruido proveniente del primer piso capta nuestra atención junto a un grito de mi papá. Autoseguido entran a mi alcoba dos hombres vestidos de negro con pasamontañas y guantes de cuero nos toman a la fuerza y llevan al salón principal donde observo a mi padre golpeado completamente y amarrado a una silla.

Con mamá hacen lo mismo pero a mí simplemente me sujeta el más joven de los tres, quien ejerce presión en mi cabello al punto de sentir que será arrancado del cráneo. Gritos y sollozos salen de mi garganta, mis padres se miran entre ellos asumiendo el destino que les tocó.

— Pequeña no llores, todo va a estar bien —. dice papá con pocas fuerzas

La silueta femenina que permanecía oculta en las sombras sale de su escondite apuntándole a mi padre en la sien, el hombre que está libre copia el procedimiento pero con mi mamá.

— No, por favor, no dispares.

Un disparo sale del arma y atraviesa la cabeza del hombre más amable que he conocido, no paro de llorar y el dolor me inunda por dentro.
























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⏰ Last updated: Oct 12, 2021 ⏰

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