E N C U E N T R O (Pt 1)

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Ya tiene 29 y dentro de poco cumplirá los 30... Unos 30 tan aburridos y amargados como café sin azúcar. Tanto tiempo ha pasado. ¿Qué más da si su novela nunca la termina? Igual no sabe como continuarla. 30 años... Es algo ilógico que estudió periodismo y literatura por 5 años para solo ser un periodista mediocre más...

El recuerdo de una felicidad pasada llega a su mente. El recuerdo de correr bajo una tormentosa lluvia junto a alguien que amaba. El recuerdo de lo cálido que se sentía escribir en su computadora con una taza de chocolate a pesar de que afuera hiciera calor. El recuerdo de su hermana y él jugando en el patio de la casa. El recuerdo de lo tranquilo que se sentía recostado al lado de su pareja...

-Se supone que ya debes irte, ¿no? -Cuddles tocó su hombro haciendo que saliera de su trance.

-¿Ya son las 9? ¡Rayos, llegare tarde! -de manera torpe empezó a guardar los papeles en su bolso.
Sin querer, derramó el café que había a su lado encima de su computadora- ¡mierda!.

Cuddles miraba en silencio como el hombre de (según él) "tercera edad" hacia un desastre aun peor sobre el escritorio.

En un desespero por limpiar la computadora uso su propia camisa blanca de manera inconsciente. Cuando se dio cuenta de la mancha café en su camisa solo suspiro.

-Creo que tendré que cancelar la cita.

-Tienes 40 minutos para ir a cambiarte y llegar, un poco retrasado, pero llegar.

-A mi casa son 20 minutos, más esperar que llegue el tren.

-Es eso o perder la cita.

-Hay veces en la que me gustaría ponerte una cinta en la boca, Cuddles -dijo irritado.

Splendid tomó su teléfono y marco el número designado. Aviso la cancelación por asuntos de trabajo. Recibió un sermón de su actual pareja pero no le importo.

-Tengo que irme ya, buenas noches, Cuddles.

La ardilla se retiró del lugar y tomó el tren de vuelta a casa. Las calles estaban extrañamente solas, aún así no era tranquilo. La estación del tren, y el mismo tren, también vacíos, dando una sensación fantasmal. Algo pasaba. Sin embargo, tanto silencio hacia que tuviera sueño.

Hubiera quedado profundamente dormido si no fuera porque escucho unos pasos entrar en el transporte.

Levanto la mirada y en diagonal a el encontró un chico vestido de militar. Era color verdoso y tenía una cicatriz que iba desde su mandíbula hacia su cuello y seguía por debajo de su ropa. Mantenía un semblante serio pero a la vez tranquilo. Quien al notar como la ardilla le miraba se noto molestó.

Splendid miro hacia otro lado y organizó sus lentes avergonzado. No se daba cuenta de la manera en que lo observaba. Trago saliva e intento calmar la manera tan acelerada como latía su corazón. De alguna manera, se le hacia raramente conocido. Giro lentamente su cabeza de nuevo hacia el chico, pero este ya no estaba.

-Mirar así a las personas es grosero, ¿sabes?.

Dio un salto de su asiento y volteo a mirar quien estaba a su lado. Era el mismo chico, ¿cómo había llegado ahí?, ahora tenía una sonrisa burlona.

-¿Que pasa? No sabes quien soy ¿verdad?.

Ahora que estaba cerca pudo ver mejor su rostro, ojos de un color azulados, se le hacia tan conocido y a la vez no. Empezó a escarbar en sus recuerdos. Cuando despertó este ya lo había acorralado contra la puerta del tren, a pesar de ser más bajo, daba la sensación de su fuerza.

-¿Que pasa, Splendid? -su tono burlón desapareció, dando paso a uno más tranquilo y dulce.

Splendid se sonrojo, y desvío la mirada. El chico se mostró triste a la vez que enfadado.

Headcanons, Drabbles e Historias  •HTF, Slippy Y Más•Where stories live. Discover now