°•▪Tengo suerte de enamorarme de Ti▪•°◇《Norman X Ray》◇

《Capítulo XIII》

Comprendí la presión en mi entorno, insistiendome en buscar al fin aquella figura que creí olvidar sin embargo repentinamente sentí volcar toda mi consternación hacía el muchacho que seguía teniendo su misma apariencia angelical, sonriéndome emocionado y, al parecer, con brazos abiertos.

Te he prometido muchas
cosas, pequeño. ¿Deseas aún
mi intención de sanar tu corazón?

-Eres un idiota... -sin inmutarme, me iba acercando cada vez más con la decisión de dar mi acto decreto a su cara que parecía querer burlarse mi impresión. -Me lo prometiste... Norman.

-Mmm ya sabes que a veces ni siquiera cumplo con mis palabras, Ray. -no parecía querer forzarme a abrazarme o algún contacto conmovedor sin que se lo permitiera, pero me acariciaba los brazos en confort de mirarlo. -¿No me dirás algo sin un insulto, verdad?

-Tks. -sin pensarlo salté a sus brazos, me caí sobre su cuerpo aunque logró sostenerme sin notarse la situación. Solo quedamos él y yo. -Realmente te odio, estúpido. ¡¿Tienes... idea del vacío que me dejaste, tonto albino?! -pronuncié con dificultad mientras aspiraba nuevamente su aroma y acariciaba su cabello del cuello.

-Está bien, nee, yo igual te extrañe ¿sabes? -me presionaba mi figura en señal de captar mi atención, pues nunca voltee a verlo. -Perdona esos siete años de ausencia, Ray...

-¡Mándame al menos una carta, imbécil! -y al fin, esa tan merecida bofetada. -Realmente creí que fui algo pasajero para ti.

-¿Qué? Claro que no, disculpa por ello... si supieras en las condiciones en que me he encontrado estos años, me aceptarías mis disculpas. -rió con tono agraciado. -Y afortunadamente me enteré que tu último año la pasarás en la academia y lo primero que creí fue atraer tu presencia con tus papeles, y veo que te encontraste con los demás.

-Siguen igual de idiotas. -asumí mientras limpiaba mi rostro después de todo el enternecimiento. -Al igual que tú...

-Hmm, yo a tí te veo demasiado cambiado, aunque sigues teniendo ese pelo rebelde ¿te lo debo cortar como lo hicimos de pequeños? -rebolcaba sus tensos dedos en mis cuero cabelludo. -¿Ya te calmaste? No has levantado la vista nunca.

Y con certeza a sus palabras, traté de quitar todo rastro de llanto. -Sí, ya acabé. -solté raído con la garganta seca de tanto aguantar sollozar. -Norman...

-¿Mmm? -aún no había alzado mí rostro.

Y ocurre que me es imposible asimilar que mí pequeño albino siga entre mi camino, y sin poder reprimirme, volví a sentir el cargo de quererlo como antes, pero siento el miedo y el peso.

Me siento gastado de dedicarte
mí querer para luego obligarme
a olvidarte. Y ahora siento miedo de volver a caer ante tu presencia si apenas nos vimos.

Es irónico no creerlo venir, yo sabía que ellos estarías unidos al exterior, pero jamás creí... que él seguiría.

-Perdona por dejarte ir. -nuevamente enrollé mis brazos en su nuca en busca de más contacto.

-No te preocupes, nada cambió para mal entre nosotros. -trazó sus gruesos dedos en mi cabello. -Yo quiero ser el que te pida perdón y rogarte a quedarte conmigo otra vez, Ray. No tienes idea de lo mucho que me hacías falta durante estos años...