Capitulo 10: Una vida dura.

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Cinco mil personas, esa era el número de pobladores en Puesto Sol, un pueblo aislado y perdido en medio del océano.

Entre esos cinco mil "Humanos" tan solo mil eran "Hembras", contando "Especímenes" del género no aptos para reproducirse.

La proporción estaba muy desequilibrada entre los "Machos" y las "Hembras" en la isla, lo que provocaba escenas habituales de lucha entre "Machos" por las escasa "Hembras" del pueblo.

Y por supuesto, hoy no era la excepción, desde que comenzó el día ya se podían contar una docena de batallas a muerte entre los jóvenes "Machos Humanos" menos afortunados del pueblo, aquellos que no tenían una "Hembra" que los apreciara, ellos luchaban contra los que tuvieron la suerte de poseer una apariencia un poco más.. "destacable".

Las "Hembras Humanas" son atraídas por atributos específicos en los "Machos", un cuerpo cincelado y una actitud protectora, biología, son las más llamativas y básicas para ese género.

Esa era la razón por la que cada "Macho" adulto y joven de la isla ostentaba un cuerpo perfecto, casi clonicos, ese era el mínimo requisito si querían reproducirse.

Luego estaba el método definitivo para hacerse ver entre todos los demás "Machos", tenían que demostrar lo que estaban dispuesto a hacer... apuñalar, estrangular, destripar en casos extremos si querían tener una "Hembra" que sea solo tuya dentro de esa isla, sino solo te esperaba un destino de batallas constante y el riesgo de perder a tu familia en cualquier momento.

Por esa razón ver peleas a muerte en las calles no era algo raro, y no se podía evitar, la única regla a seguir para pelear en el pueblo era no dañar los edificios.

Y con razón, en esas circunstancias resultaba imposible evitar que los "Machos" se maten entre ellos, seria lo mismo que negarles su propia existencia, su única razón de vivir.

Si todos rasionalizaran la situación tan precaria que existía en esa isla y dejaran de lado ese comportamiento "Primitivo", poniendo reglas estrictas para hostigar la conducta casi cavernícola de lo "Machos Humanos", entonces habría casos donde un solo "Macho" se reproduzca con todas las "Hembras" del pueblo y solo él deje descendencia.

Al final, es un instinto animal que las "Hembras Humanas" tiendan a codiciar en general, un único "Macho Humano" y ignorarán a los demás solo porque el aprecio de sus congéneres le da más valor entre los demás.

Sin embargo, cuarenta minutos después del mediodía, toda esa demostración del animal humanos en medio de aquella isla fue interrumpido por una luz en el cielo que no tenía nada que envidiarle al mismo sol.

Fue una puesta de sol en donde el sol no estaba involucrado, tan bizarro y fantástico que era imposible de procesar para las personas que vivieron toda su vida bajo un solo sol.

Pero más sorprendente aún que ver un atardecer al medio día, fue presenciar como una vez concluyó los jóvenes "Machos" que detuvieron su lucha para contemplar el horizonte iluminado, siguieron peleando a muerte, sin cuestionarse lo que acababan de presenciar.

Y como su un Dios quisiera que esos "Machos" dejaran de pelear, unos instantes después de que la luz se extinguiera, un penetrante sonido hizo que todos los "Humanos" cayeran al suelo, sangrado por los oídos.

Fue aturdidor, así que los "Machos" luego de ser golpeados por el potente sonido no pidieron levantarse a seguir con sus peleas, y cuando lo intentaban perdían el equilibrio.

Algo sorprendente fue como aún aturdido en el suelo, ellos no perdían la voluntad de pelear, tomaron todo eso que los dejó incapacitados como algo que no importaba en lo absoluto.

Overlord: El Último JugadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora