Capítulo 13: La llegada.

169 27 10
                                    

Impresionar a un niño es sencillo, ellos tienen una mente prácticamente en blanco y una curiosidad deseosa de saciarse.

El jugador parecía encontrase parado sobre el aire, como si existiese un sendero sólido a treinta metros sobre la tierra.

Sus ojos brillaban pues acababa de recibir una bomba de estímulos nuevos, objetos y lugares totalmente nuevos en su campo de visión.

Mientras la tormenta azotaba la isla de "Puesto Sol" el jugador llegó volando a ella y en su vista desapareció el marcador que lo había guiado hasta allí, no obstante los demás marcadores sobre el horizonte permanecieron sin cambios, todos ellos señalando los asentamientos de criaturas inteligentes en el planeta.

"Es increíble."Pensó el niño debajo del avatar- Un verdadero Barco... y no solo eso, creo que se trata de un barco de guerra.-

Lo primero que llamó la atención del Jugador fue el barco atracado en el endeble muelle, no obstante, las débiles luces que escapaban por las rendijas de las chozas en el pueblo tampoco demoraron en atraer su visión.

-Y por fin encontré personas.- Dijó el jugador con entusiasmo, aunque los vientos huracanados de la tormenta borraron el sonido de sus palabras.

Fácil y con elegancia, el jugador descendió del cielo y aterrizó sobre la húmeda arena de la playa.

El camino a seguir para llegar a la aldea se encontraba oscuro, aunque eso no le importara mucho al jugador, para él la noche más oscura es igual a un día soleado, en lo que a visibilidad se refiere.

Sin vacilar un solo segundo, el jugador caminó hacia la aldea por el sendero más directo que vieron sus ojos. Sus pies descalzos pisaron el lodo mientras avanzaba por el sendero.

- Esto es divertido!- Dijó con una sonrisa tontorrona que no compaginaba con su apariencia seria.

Puesto Sol se encontraba rodeado por una pequeña barricada de madera, solamente útil para que los jabalíes de la montaña no lo tuvieran fácil a la hora de entrar a la ciudad, no obstante las puertas eran visibles desde casi cualquier parte de la pequeña muralla y siempre estaban abiertas.

Pronto, la derruida puerta de madera estuvo a su espalda. El jugador miró dentro el pueblo y vio unas cuantas personas caminado bajo la lluvia, otras reparando un tejado que el viento había derruido. Vio animales de corral correteando en búsqueda de refugio, además vio personas tirada en los rincones, inconscientes. También se percato de una mujer mayor debajo de una terraza que parecía estar a punto de salir volando en cualquier momento, ella lo miraba fijamente, como si lo reconociese como un forastero en Puesto Sol.

- ¡Que lugar tan horrible!- Dijo el niño sin reparó.

A la distancia, el ambiente rural del lugar le traía buena vibra al jugador, él que, como todas las demás personas de su generación, tomó cierto rechazo a las metrópolis urbanizadas, vio como algo positivo y agradable el rústico sitio.

Sin embargo, al observar como las chozas de madera se zarandean con el viento, y el agua de la lluvia entraba por las rendijas de los tejados, el niño se desilusionó un poco.

- ¡¡Shif!!- Un chirrido de dientes sono en la espalda del Jugador.

-¿Quien?- El jugador giró su cuerpo para encarar a quien estuviese detrás de él.

Ahí se encontró con dos adolescentes bajo la lluvia, un chico bronceado y músculos que lo igualaba en altura, sosteniendo en sus brazos a una joven chica de cabello dorado y sucio, la cual dormía plácidamente.

El joven bronceado miró con furia y frustración al jugador, mientras apretaba el agarre sobre la chica en sus brazos.

- Tengo entendido que Puerto Primavera es magnífica... pero no permitiré que desprecie mi pueblo de esa manera!- Exclamó el joven bronceado mientras presionaba sus dientes con odio.

"¡Un nativo!" Pensó el jugador con acierto.

El cual no se sorprendió en lo absoluto, tampoco sintió vergüenza o miedo por la mirada de odio que le estaban dedicando, pero aún con esas, el niño debajo del avatar entendía que su comentario había sido hiriente para el joven bronceado, así que se disculpo más rápido que tarde.

-Lo siento, no quise ofender a su pueblo con mis palabras despectivas.-

La educación que los padres del niño habían inculcado en él, desde pequeño, salio a relucir una vez comprendió la falta de respeto que había cometido.

El adolescente bronceado quedó atónito al ver como el Jugador inclinaba la cabeza y se disculpaba, su rostro furioso cambio a uno confundido e incrédulo tan rápido como un rayo.

"¿Enserió? Uno de ellos, de los arrogantes marineros... disculpándose conmigo? Un nativo! Como es eso posible? Aunque sea el hijo del alcalde.. para ellos no soy más que otro trozo de mierda.." Pensó el joven, totalmente incrédulo de lo que estaban viendo sus ojos.

Los ítem que cubren el cuerpo del Jugador fueron inspirados en prendas militares de la marina de los antiguos Estados Unidos, una prenda convenientemente parecida a las que usan los marineros que llegan a Puesto Sol sobre los buques de guerra.

El joven nativo confundió el uniforme del Jugador con una variante rara del uniforme que llevan los marinos.

El jugador levantó la mirada para encontrase la expresión confundida del joven nativo.

- ¿Que ocurre?-

- No. Nada. Es solo... nada. ¿Que haces fuera de tu barco, bajo la lluvia?- Preguntó el nativo algo desconcertado.

-¿Barco? Te refieres al buque de guerra de allí?- Pregunto al jugador mientras señalaba con su dedo al muelle.

- Es el único barco que lleva soldados en todo Puesto Sol, creo que es obvio ¿no?- Dijo el nativo con inseguridad.

-No vengo de ese barco, yo acabo de llegar hace unos minutos a la isla, volando.- Aclaro el jugador de manera inocente.

La mirada del hijo del alcalde se volvió escéptica por unos segundos, para luego sonreír con ironía.

-Si si, que buena broma.- El nativo intentó forzar una sonrisa genuina en su rostro, pero no lo consiguió.

-No se trata de una broma, mi nombre es Sasaki Sho y me encuentro perdido, estoy buscando al administrador del servidor..- El jugador corto su irresponsable presentación una vez vio al nativo marcharse por su lado sin prestarle atención.

-No estoy de humor para bromas, tengo un día fenomenal y no quiero estropearlo. - El nativo habló mientras se alejaba. - Si te apetece sígueme! estamos a punto de comenzar una pequeña celebración en el bar.-

Sasaki no le dio importancia a la actitud irrespetuosa del nativo que acababa de conocer, él no tardo en aceptar la invitación y comenzar a seguirlo, principalmente porque no tenía a donde ir en ese lugar, no obstante una pregunta le vino a la mente mientras lo seguía.

-¿Que se conmemora en la celebración?-

-Jmmm.- El nativo apretó su agarre sobre la chica en sus brazos una vez escuchó la pregunta. -¿No es algo obvio?- Y una sonrisa de alegría se asomo entre sus labios bronceados.

- Mi futura boda.-

Overlord: El Último JugadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora