[57] Tristeza

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La tristeza que proviene de Dios produce arrepentimiento para salvación, pero la tristeza que proviene del mundo produce muerte.

–2Corintios 7:10–

Capítulo 57: Tristeza.

Mirando el techo de la habitación Lucas se encontraba muy pensativo. Su corazón aceleraba en su pecho, y sus piernas se encontraban un poco tensas. Sus manos estaban algo heladas, y su cuerpo aún estaba asimilando lo que había ocurrido.

Por primera vez Lucas se había acostado con un chico estando consciente de lo que hacía. Había mantenido relaciones sexuales, a tal punto que se dejó llevar por sus deseos sin importarle lo que hacía. La cobija cubría su cuerpo ya que estaba utilizando únicamente su boxer. A un lado de él se encontraba Pepe, quien fue la persona que lo sedujo a tal punto de acostarse con él. Pepe dejaba soltar humo por su boca mientras su cigarro lo mantenía entre sus dedos, su mirada también estaba colocada hacia el techo de la habitación mientras recordaba todo lo que había hecho con Lucas.

"Aún no creo lo que hice" Pensaba Lucas con suma sorpresa.

—¿Te gustó tu primera vez, Lucas? —le preguntó Pepe, cortando con el silencio de la habitación —Fui lo más cuidadoso ya que no quería hacerte daño.

—Pepe... no sé qué decir.

—Tranquilo, dime lo primero que se te venga a la mente.

Lucas lo pensó por unos segundos, pero luego soltó lo primero que se le vino a la mete.

—Incomodidad.

—¿Incomodidad? —preguntó Pepe al fruncir su ceño, esta vez se volteó a mirar a Lucas —¿No te gustó?

—Al momento sí, pero... ahora me siento mal. Es como que si estuviera sucio.

—Quizás fue porque no me he bañado desde ayer en la mañana, perdón por eso —bromeó Pepe.

—Esto es en serio, Pepe —dijo Lucas un tanto molesto para luego levantarse de la cama —Creo que mejor me voy a mi casa.

—¿Acaso no quieres seguir? Yo pensé que estaríamos más horas juntos.

—No pienso continuar con esto —aclaró Lucas al colocarse su pantalón y luego su franela —. Jamás pensé que mi primera vez ocurriría contigo.

—Fue un placer para mí ser tu primera vez —le dijo Pepe con picardía para luego guiñarle un ojo.

Lucas por su parte rodó sus ojos y terminó colocándose bien su franela para luego salir de la habitación con sus zapatos en manos. Al abrir la puerta logró encontrarse a Carora, quien con una amplia sonrisa estaba esperando a que alguien saliera de dicha habitación.

—Fue inevitable no escuchar los sonidos provenientes de la habitación —confesó la chica, logrando que Lucas se llenara de vergüenza —¿Qué tal te fue? Me imagino que bien. Por fin sales del closet como se debe.

—No estoy para tus bromas, Carora. Mejor me voy a casa.

—No creo que no disfrutaras lo que pasaste. Mejor hablo con Pepe para que me cuente mucho mejor todo —dijo muy sonriente la chica para luego entrar a la habitación y cerrar la puerta.

Lucas tragó grueso y luego se llenó de valor para luego dirigirse hacia la puerta de salida, pero cuando pasó por la sala logró encontrarse a George y Ronaldo, quienes platicando en unas sillas voltearon a mirar al moreno.

—No sabía que estaban aquí —dijo Lucas desde su posición.

—¿Estás bien, Lucas? —le preguntó George al levantarse de la silla para acercarse hasta él.

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