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—¡Alfa!— gritó el Omega, mientras Harry lo perseguía

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—¡Alfa!— gritó el Omega, mientras Harry lo perseguía. Ambos corriendo entre los arbustos y árboles en el bosque. Las hojas y las castañas adornaban tanto las copas de los árboles como el suelo, mezclando el tenue color marrón con el verde pasto natural. —¡No me atrapas!

Harry corrió más rápidamente. Él era bastante más veloz que Louis, únicamente por su condición de Alfa, pero el Omega era más escurridizo, por lo que cada vez que el Alfa pensaba que ya lo tenía aprisionado entre sus brazos, el Omega se escapaba de entre ellos, continuando con su huida con aquella leve ventaja. El Alfa aprovechó que el Omega se distrajo un poco al observar una pequeña mariposa, para atraparlo por la cintura, alzándolo un poco en el aire. 

Louis gritó con dramatismo. —¡No, Alfa! ¡Bájame! —Harry, por su parte, hizo caso omiso y acercó más al Omega hacia sí, girándolo en el aire hasta quedar cara a cara. Levantó más en el aire a Louis, quien colocó sus manitas en los hombros del rizado y acercó sus rostros. Louis rodó los ojos y soltó un bufido.—Tonto. 

—Te tengo, princesa. —dijo el Alfa, dejando un besito en la nariz de botón de Louis. —Eres tan precioso, amor. —besó sus labios con delicadeza, un simple roce de labios que creó miles de fuegos artificiales en ambos, Alfa y Omega. —Te amo. 

—Y yo a ti, Alfa. —se separó del beso, acariciando los rizos de Harry, enredando sus dedos en la cabellera del color del chocolate. —Mmm, ¿Harry?

—Dime. —bajó al Omega, colocándolo de pie en el suelo. Colocó sus grandes manos en su cintura y acercó a Louis a su pecho, quien se acurrucó en él, sus olores mezclándose. 

—¿Podemos ir a recolectar setas?

—¿Setas? —alzó una ceja.

—Setas. —afirmó el Omega, sonriendo orgulloso. —Aquí debe de haber setas, ¿no?

—Sí... —el rizado entrecerró los ojos, lo pensó por un momento y, para asegurarse, respondió. —Creo.

—Podemos explorar... ¡Realmente necesito hacer esto una vez en mi vida, Harry! —dijo, emocionado el Omega. —Como en las películas.

—¿Qué películas? —preguntó el Alfa, frunciendo el ceño. Louis lo miro de mala manera. —Está bien, Lou. —besó su cabecita, y lo tomó de la mano. Harry se agachó y cogió la cesta que habían llevado con ellos para hacer un pícnic, ahora, como la cesta ya estaba vacía, podrían usarla para guardar las setas que recolecten en ella. 

—¡Vamos! —chilló animado, Louis, mientras comenzaba a caminar, inspeccionando el suelo en cada paso que daba, mientras sonreía de oreja a oreja. Harry sonrió tontamente mientras negaba con la cabeza para sí mismo. 

Aquello sería divertido. 


°*• •*°


—¡HARRY EDWARD STYLES VEN AQUÍ!

—¿Lou? —gritó el Alfa, alarmado, al no encontrar a su Omega. Harry había ido a guardar un champiñón hermoso que ambos habían descubierto, mientras que Louis aprovechó para ''escaparse'' a explorar más setas, tomando un poco de ventaja. Harry se arrepiente de no haber ido con él, en primer lugar. —¿Dónde estás, Omega? 

—Aquí, Hazzie. —dijo el Omega con un tono de voz dulce y para nada apresurado, como el anterior tono de voz que utilizó. Harry buscó con su mirada al ojiazul, encontrándolo, finalmente, agachado de cuclillas, observando detalladamente una seta de un color azul violáceo. —Mira qué bonita.

—No la toques, Lou. —detuvo, Harry, cuando vio que el Omega comenzaba a acercar su manita hacia el hongo. —Puede ser venenosa.

—Pero yo la quería. —el Omega hizo un puchero y se cruzó de brazos. —Es muy bonita. La quiero. 

—Lo es amor, es muy bonita, pero déjala ahí. —respondió cautelosamente el Alfa. Él no tenía ningún conocimiento acerca de las setas, pero sabía que los colores azules no pintaban muy bien, como en las medusas, seguramente. De hecho, ni siquiera sabía si una seta venenosa era capaz de matar realmente a alguien, pero no iba a arriesgarse, y menos con su Omega.
Por lo que Harry, decidido, alzó a Louis en el aire, cargándolo por los muslos y colocándolo en su cadera y comenzó a avanzar lejos de la zona, con el pequeño Omega entre sus brazos. 

—¡No, Harry! —reclamó, Louis. —Yo la quería. 


°*• •*°


—Mira esta, Alfa. —abrió sus ojos, boquiabierto. —Es preciosa. —comentó señalando la seta marrón que reposaba en la cesta, acompañada de algunas pocas más, algunas completamente iguales y otras muy distintas. 

—Ajá. —dijo el Alfa, añadiéndola a la parrilla en la cual estaban cocinando las setas. 

—Aburrido. —Louis hizo un pequeño puchero.

El Alfa alzó una ceja. —¿Por qué?

Ajá. —imitó el Omega, haciendo su voz más grave y dibujando una mueca tediosa en su rostro. 

Harry sonrió cariñosamente, marcando uno de sus hoyuelos. —Simplemente, estoy muy cansado, mi amor. —besó la frente de Louis mientras ponía otra seta a freír. —Tuvimos un día... ajetreado.

Louis agachó su cabecita, con un pequeño puchero en sus labios. —Lo siento, Alfa. 

—¿Qué? ¿Por qué, Lou?

—Yo insistí en pasar todo el día en el bosque... además de correr y recolectar setas. —sus ojos se cristalizaron levemente. —Tal vez tu preferías hacer otra cosa... 

—Oh, Omega. —Harry hizo un muy pequeño puchero y atrajo a su Omega hacia su pecho, abrazándolo cálidamente. —Te amo, cariño. Ha sido un día perfecto, no pasa nada. 

—Pero tú...

—Mi amor, anoche no pude conciliar el sueño por la presentación de biología que tengo mañana, y solo estoy un poco cansado. —besó sus labios.

Louis se sintió fatal, no dejó descansar a su Alfa porque fue muy pesado al insistir en ir al bosque a pasar el día. 

—Vale, Alfa. —volvió a besar sus labios, suavemente, apoyando sus manitas en los anchos hombros del rizado. —Ahora ve al salón. Yo prepararé la cena y luego dormiremos prontito, ¿sí?

Harry asintió, sonriendo. Dejó un beso en la frente del precioso ángel que tenía como Omega y se sentó en el sofá del pequeño y acogedor salón, cerrando un poco sus ojos para no llegar a dormirse completamente, pero al menos descansar un poco. 

Louis prosiguió con las setas, cocinando todas las restantes. Se sentía un poco mal consigo mismo por haber insistido tanto en pasar un día tan movido, pero ahora intentaría recompensarlo con una buena cena para su Alfa, aun si Harry cocinaba mejor que Louis, el Omega intentaría hacerlo lo mejor posible.

Amaba a su Alfa, incondicionalmente. 

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