Cinco

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Advertencia: Contenido adulto. 

Lan SiZhui

SiZhui sujetó con fuerza a JinYi por la cintura mientras este miraba al frente, sentado sobre la cama. Llevaba así unos veinte minutos. SiZhui había intentado que hablara con él, pero por alguna razón JingYi estaba callado. De repente, su rostro se puso pálido. SiZhui siempre estaba preocupado por el cansancio y las náuseas que el embarazo provocaba en JingYi. Esa noche no era la excepción. Pensó que tal vez era mucha información para él. Pensó incluso en darle espacio, pero era difícil.

—SiZhui —Lo llamó JingYi.

—¿Sí?

—Creo que ahora entiendo —SiZhui no apartó la mirada de JingYi y no se perdió la sonrisa traviesa que apareció en su rostro. No era el momento, pero SiZhui sintió el calor subir por su nuca—. Soy malísimo en nuestras habilidades Lan...

SiZhui frunció el ceño

—¿De qué hablas? JingYi, eres hermoso, inteligente, y te equivocas, tienes habilidades únicas.

«Eres único».

Pronto llegó alguien con una bandeja llena de comida.

Lan JingYi

JingYi se tomó todo el agua de un trago. El líquido le alivió la sequedad de la garganta, pero no calmó la impaciencia que crecía en su estómago. Era una locura. ¿Él hijo del líder de la secta Yunmeg Jiang, Jiang WanYin? ¿Él inteligente? Okey, podía aceptar el cumplido de SiZhui. Cada vez que SiZhui le decía que era único, inteligente, en vez de sentir sarcasmo, JingYi sentía sinceridad y lo hacía sentirse encantado.

Okey, okey. Ahora todo en lo que podía pensar era en querer pedirle a SiZhui que le pasara la lengua por sus pechos.

—¿Sabes qué, SiZhui? No tengo hambre —dijo antes de agarrarlo por la cintura y susurrarle al oído—: A-yuaaan, ¿vamos a la cama?

Sintió a SiZhui estremecerse y sus ojos se oscurecieron con sorpresa y deseo. Apartó la mirada de su comida y miró a JingYi con el ceño fruncido. JingYi le dedicó la misma sonrisa irónica que había utilizado para poner nerviosos a sus adversarios durante las numerosas peleas que había librado SiZhui captó el mensaje y desapareció levantó para llevarlo a la cama.

JingYi tal vez ya no fuese el adolescente alocado y silvestre que había sido. Había aprendido algunas técnicas y comportamientos y había prosperado de muchas en maneras, pero seguía teniendo el instinto de aquel chico salvaje y ningún deseo de controlarlo.

—JingYi —Gimió SiZhui. El calor que aumentó al darse cuenta de que SiZhui lo miraba con deseo mientras entraban en la cama—. ¿Estás seguro? —le preguntó.

—Sí. Lo estoy. —Respondió él, devorándolo con la mirada.

JingYi empezó a relajarse y sintió placer solo con que SiZhui lo abrazase y pasase las manos suavemente por su cintura. JingYi le mordisqueó el cuello y sintió la respiración de SiZhui acelerarse y su corazón golpear más deprisa contra su pecho.

«Por fin. Necesito esto.»

En sus brazos, JingYi se sentía querido e importante. Había visto a SiZhui molesto con tener que ocultarle lo que sucedía, como, sólo por quedarse sin elección, la verdad de su padre salió a la luz. JingYi estaba seguro que jamás quiso ocultarle nada de eso.

Las manos de SiZhui tomaron sus pezones y le acariciaron las puntas a través de la tela hasta hacerlo jadear. SiZhui rugió con la respiración tan entrecortada como la de JingYi. El sonido de las túnicas fuera del camino retumbó en la silenciosa habitación que iluminada solo por las luces procedentes del exterior. JingYi sintió el aire en su piel, pero no fue eso lo que hizo que se estremeciese. Fue SiZhui que tomó uno de sus pezones con la boca, lo mordisqueó con cuidado y pasó la lengua por él.

JingYi dejó escapar un gemido. La sensación era insoportablemente maravillosa.

—¿Están más sensibles? —Preguntó SiZhui.

—Sí.

SiZhui chupó y después pasó al otro para continuar con la tortura, lamiendo y mordiendo mientras enterraba los dedos en su entrada y frotaba su propia erección con la de suya. JingYi echó las caderas hacia delante para aumentar el frote su erecto pene contra el de SiZhui, desesperado por sentir más placer. Pronto, sintió que llegaba al borde del abismo y, mientras se apretaba contra él, estalló de placer. Dio un grito ahogado y se aferró a sus hombros. Cuando por fin se recuperó todavía le temblaban las rodillas y estaba aturdido y desorientado. Cuando abrió los ojos, SiZhui lo devoraba con la mirada mientras se arrodillaba en la cama y, en vez de penetrarlo directamente, le agarró las piernas para colocárselas encima de los hombros y después le acarició el pene con la lengua.

El placer que sintió fue tan intenso que le resultó casi insoportable. Tuvo que agarrarse a la cabeza de SiZhui y sollozar de placer.

—Por favor, a-Yuan, necesito tenerte dentro —le rogó al tiempo que llegaba al orgasmo por segunda vez. Se sentía vacío, necesitaba tener a SiZhui en su interior, quería que él también se rompiese en mil pedazos como le había ocurrido dos veces ya.

SiZhui se incorporó con gesto tenso y la mirada perdida. Lo agarró por las caderas y por fin acercó su erección al sexo de JingYi. Pero en vez de enterrarse y llenar su vacío con fuerza y rapidez, lo hizo muy despacio. El éxtasis se convirtió en agonía mientras SiZhui jugaba.

—Por favor, te necesito de verdad.

—Shhh... debo tener cuidado —le respondió él—. No quiero hacerle daño al bebé.

—¡No le vas a hacer daño al bebé! —le aseguró—. ¡Esas son estupideces!

SiZhui dudó un instante antes de agarrarlo con firmeza por las caderas y enterrarse en su cuerpo completamente. Fue increíble. Pronto, JingYi volvió a llegar al orgasmo a la vez que SiZhui. Luego se quedó dormido entre sus brazos, sintiendo los latidos del corazón de SiZhui. 

III. Protegiendo a Lan JingYi [ZhuiYi]Where stories live. Discover now