Nueve

846 130 33
                                    


Lan JingYi

Para Lan JingYi:

He vuelto a Muelle de Loto. Hemos aplicado un castigo ejemplar al hostigador y hemos atrapado a todos sus cómplices. Debo resolver algo como Líder de Yunmeng pero iré a visitarte en cuanto pueda. Quiero decírtelo personalmente, pero de igual manera pondré las palabras en este papel. Eres mi hijo, quiero reconocerte como tal, puedes visitar la secta Yunmeng Jiang cuando lo desees, lo he organizado todo para que tengan una propiedad donde podrán hospedarse en un futuro.

JingYi se mordió el labio inferior y notó que le salía sangre. Intentó controlar los sollozos que llevaban formándose en su interior desde que el maestro Wei se había presentado junto a Wen Ning (que estaba hablando con SiZhui) cinco minutos antes para darle la carta.

—¿JingYi, va todo bien? —a JingYi se le escapó un sollozo—. ¿Qué te pasa? —Volvió a preguntar Wei, esta vez preocupado.

—Quiere estar conmigo... —Se puso a llorar desconsoladamente mientras se dejaba caer al suelo y apoyaba la cabeza en las rodillas, intentando soportar las emociones intensas que sentía en ese momento.

—Shhh, a-Yi, respira, intenta respirar —le aconsejó—. Por supuesto que quiere compartir más cosas contigo. Es tu padre.

JingYi oyó otra voz al otro lado del maestro Wei y se dio cuenta de que era SiZhui.

—¡A-Yi! ¿Quién te ha hecho llorar? Dime, ya mismo le voy a castigar.

Por extraño que pareciese, oír aquellas palabras hizo que JingYi se riera. Debía ser cosas de sus hormonas. SiZhui se sonrojó cuando le contaron lo que sucedía. Luego, apoyó una mano en la curva de su vientre, donde sus hijos habían empezado a moverse en reproche por las alteraciones de su padre.

—Ya, papá está contento de tener al líder Jiang como padre y como a su abuelo —Sus pequeños se calmaron.

Meses después

Lan SiZhui

SiZhui caminaba junto a ZiZhen siguiendo muy de cerca a JingYi que iba pasos adelante discutiendo con Jin Ling.

—¡Te estoy diciendo que deberíamos de volver! ¡Mira lo lento que caminas! —se iba quejando el joven líder de la secta Lanling Jin. SiZhui no podía estar más de acuerdo que él, pero era muy débil ante la cara y ruegos de su esposo y acá estaba, siguiéndolo de cerca. Y enojado por el hecho de que Jin Ling le estuviera gritando aunque para bien.

—No pasa nada. Camino lento porque tengo dos bebés dentro. Nada del otro mundo. Ya... —JingYi se detuvo y SiZhui lo alcanzó.

—¿A-Yi?

Escuchó y vio a su esposo respirar hondo cerrar los ojos, segundo después los abrió y lo miró, sonriendo.

—No pasa nada, SiZhui. Sólo es una contracción.

Pero sólo una contracción volvió diez minutos después, cuando estaban bastante colina abajo, más lejos de Receso de las Nubes.

—Okey —dijo JingYi, deteniéndose y sujetándose el estómago con una de sus manos y con la otra sujetando la de SiZhui—. Creo sólo es una contracción, no es sólo una contracción. A-Yuan... me duele mucho —y se desató el caos. JingYi empezó a llorar y temblar—. ¡A-Yuan, tengo miedo! ¡A-Yuan, me duele! ¡SiZhui!

—¡Te dije que no deberíamos haber salido! —Gritó Jin Ling ganándose una mirada de parte de SiZhui de advertencia.

—¿Podrías ir con ZiZhen y avisar? Tomaré a JingYi y subiremos despacio.

III. Protegiendo a Lan JingYi [ZhuiYi]Where stories live. Discover now