Siete

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Nota: Porque hoy tenía ganas de hacer doble actu. 


Lan JingYi

Suibian regresó a la mano de JingYi que la recibió con éxito.

—No es muy difícil manejarla. Pensé que era algo que muy pocos podrían hacer —Comentó mientras el maestro Wei parecía estar controlando sus ganas de gritarle o decir algo.

SiZhui susurró su nombre en forma de advertencia. No era un llamado para defender a Wei, pero si un llamado a JingYi a que acate las reglas. JingYi lo ignoró. Estaba cansado, después de todo un día de reuniones y un poco de entrenamiento le era muy difícil controlar su boca. Miró a SiZhui, con el pelo recogido como siempre, pero esta vez removiendo algo que tenía en el fuego delante de él.

—No puedes regañarme por las reglas cuando estas rompiendo más de una tú mismo en este momento.

SiZhui se sonrojó haciendo que el corazón de JingYi diera un vuelco. El cansancio desapareció para convertirse en deseo. Y anhelo. SiZhui le sonrió y su anhelo aumentó.

La mañana le había sorprendido con antojo de algo que en Receso de las Nubes estaba totalmente prohibido. No era sus verduras siempre saludables lo que quería. No. JingYi quería sabor, algo de grasa, algo al fuego. Se lo había comentado a SiZhui llorando y éste se había arrojado a cumplir su deseo. No podían salir dado a que el culpable no había sido revelado pero podían esconderse y hacerlo. SiZhui había ido en busca de ayuda del maestro Wei. Por ello, estaban infringiendo reglas. Nadie podía decir nada, hasta Hanguang-Jun estaba allí, aunque no le había parecido bien el romper reglas pero los acompañó de todos modos.

SiZhui se había negado a que practicara con la espada, pero el maestro Wei se había puesto de su lado y acababan de pasar un breve y corto momento entrenamiento. JingYi vio como SiZhui tuvo que tragarse todas sus objeciones. Después de todo estaba feliz, y JingYi sabía que le gustaba verlo así.

SiZhui estaba preparando unas deliciosas mezclas de carnes cuyos ingredientes encontraba en las pequeñas tiendas de la zona cercanas. No es la primera vez que le cocinaba. De hecho, JingYi tenía que aceptar que SiZhui lo hacía muy bien, tanto que ya casi había recuperado el peso que había perdido durante sus etapas de nauseas.

SiZhui anunció orgulloso los cortes.

—Espero que tengas hambre. Además he comprado el pan en una panadería del pueblo —Agregó el maestro Wei.

—Claro —dijo JingYi en un mohín—. Saquen en cara que ustedes pueden andar libremente por ahí y yo no. —Se quejó.

—Lo siento, a-Yi. Ahora, recuerda, no se habla mientras se come —Le dijo SiZhui.

—Lan Zhan, yo no soy tan intenso ¿Verdad? JingYi, debes ser más agradecido con a-Yuan. —le dijo el maestro Wei, intentando hablarle con firmeza.

JingYi estuvo a punto de responderle cuando a-Yuan metió un pedazo de carne a su boca y escuchaba claramente a Hanguang-Jun responder que no era para nada intenso.

《Mentir está prohibido》le hubiese encantado decir a JingYi, pero, como le acababa de recordar SiZhui 《está prohibido hablar mientras se come》

—Pronto todo terminará. Han desenmascarado a varios cómplices y pronto alguien hablara. Además, Jin Ling ya tiene a alguien en el ojo. —Le comentó SiZhui antes de dar un bocado y guardar silencio.

JingYi debió reconocer que el pan estaba increíble e iba a la perfección con las variedades de carne. Había tenido miedo cuando el que le daba las instrucciones había sido el maestro Wei, pero luego vio como SiZhui aminoraba las cantidades. SiZhui lo había aplacado con un "JingYi no puede comer tanto condimento" y había re interpretado la receta a su estilo.

—Bien —respondió finalmente después de tomarse una pausa en su comida con el ceño fruncido—. Espero que se apure. No quiero de tener unos noventa años, ser ya bisabuelo cuando pueda salir. Ahora, SiZhui, esto en verdad está delicioso. Eres el mejor. —posó una mano sobre su vientre de cuatro meses—. El bebé y yo te agradecemos.

Volvió a llevarse un bocado a la boca y sintió cómo los sabores explotaban en su lengua. Hasta se le escapó un gemido.

Momentos después, un ruido de ramas les advirtió la presencia de alguien más. Eral líder de Yunmeng. El maestro Wei se puso de pie y dijo que fue él quien lo llamó. El líder Jiang se sentó al otro lado. Había arribado hace una semana y desde entonces en la hora de las comidas se sentaba a esa misma distancia de JingYi cuando éste comía con el resto. Desde allí, le preguntaba cómo iba su embarazo, y JingYi, a su vez, se interesaba por cómo iba la investigación, sólo después le contaba lo que había hecho durante el día. No podía quejarse. El líder estaba haciendo un gran esfuerzo, a veces incluso él mismo relataba cosas suyas. Y JingYi había empezado a disfrutarlo. JingYi era una persona sociable por naturaleza. Pronto, se encontró con que las historias del líder Jiang le fascinaban, y lo preocupaban.

¿Cómo podía ser tan poco cuidadoso? Ahora entendía las historias del maestro Wei.

—Eso fue muy imprudente —dijo sin poder evitarlo con la boca llena, jurando al darse cuenta. SiZhui rió y Hanguang-jun elevó una ceja—. Perdón. ¿Saben? Siempre creí que mi padre había sido víctima o héroe de la guerra, no estaba tan equivocado.

El líder Jiang arqueó las cejas, pero enseguida se echó a reír.

Jingyi sonrió y tomó un trozo de pan y lo hundió en una especie de salsa, luego le hizo un gesto para que continuase con alguna historia mientras seguía disfrutando de la comida. JingYi se sintió orgulloso porque, a pesar de su rebeldía (había roto muchas reglas ese día), nadie lo había castigado. Además, bueno, su bebé tenía muy buenos abuelos.

Para cuando todo terminó y llegó a su habitación, SiZhui lo abrazó.

—Me gustaría hacerte el amor —Le susurró al oído.

JingYi asintió con el corazón acelerado. SiZhui lo desnudó y le hizo el amor muy despacio. Después charlaron y rieron, y entonces SiZhui se puso serio de repente.

—Quiero casarme. Ya no me importa que digan los ancianos, ni Zewu-jun, ni nadie.

—Yo también quiero casarme. 


Nota: Espero les este gustando. Gracias por leer y el apoyo. 

III. Protegiendo a Lan JingYi [ZhuiYi]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt