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Caminaba con paso apresurado mirando a todos lados, sabía que le estaban siguiendo y que no podría librarse fácilmente de ello, el clima era frío, secando su garganta y haciéndole temblar debido a la combinación entre el miedo y la baja temperatura, y es que caminar a altas horas de la noche luego de ir a un bar fue la peor decisión que pudo tomar, aunque viéndolo de forma realista ya a esta altura en todas horas corría peligro, sin importar lo que estuviera haciendo o dónde estaba, los ojos de la oscuridad estaban fijos en su persona.

Su cuerpo estaba tenso, las calles comenzaban a parecer infinitas y la seguridad de su casa inalcanzable. Giro su rostro hacia atrás, reconociendo la figura de tres hombres que le acompañaban, su corazón comenzó a acelerarse, su respiración a fallar, no sabía bien qué hacer, podía arriesgarse y comenzar a correr buscando perderlos o podía enfrentar su patético destino, la segunda opción creaba un nudo en su estómago. Sintió su sangre congelarse y los vellos de su nuca erizarse, era ahora nunca.

Y así sin más comenzó a correr.

Mojando la base de sus pantalones por el asfalto empapado por la lluvia temprana corrió entre callejones, sus oídos podían escuchar a la perfección los pasos de sus perseguidores, su corazón golpeaba en su pecho y sus ojos buscaban vías de escape. Luego de lo que parecieron tres cuadras entre pequeñas calles logró perderlos, quedando completamente solo, el mortal silencio de la noche ahogandole.

Necesito llegar a mi casa.

Cuando por fin reconoció el complejo de departamentos logró soltar el aire retenido en sus pulmones, subió las escaleras con dificultad, su cuerpo seguía tenso y sus piernas dolían, con manos temblorosas sacó sus llaves y apenas entró se desparramo tras la puerta, limpió el sudor frío de su frente y se abrazó a sí mismo con angustia, era la tercera vez que le seguían hasta su casa esta semana y las cosas se estaban poniendo tensas, cada dia que pasaba se sentía más presionado y en peligro.

-Mierda, no puedo levantarme-exclamó cuando intentó salir de allí, pero su cuerpo cedió, miro la hora en su teléfono, eran las dos de la mañana de ese fatídico sábado, volvió a hacer el intento, levantando apenas su cuerpo, se quitó el abrigo, la bufanda que llevaba, los zapatos y el polar, camino hasta el baño; el espejo mostrándole su rostro pálido, demacrado, con grandes ojeras. Solo le quedó suspirar.

Su teléfono sonó, no quería contestar, pero sería peor.

-"¿hiciste el trabajo que te pedí?"-La voz ronca y desagradable sonó del otro lado de la línea.

-Si-contestó seco.

-"El lunes te quiero allí de nuevo"-Yeosang abrió los ojos en sorpresa y luego apretó los dientes.

-¿Estás loco?, hoy me persiguieron tres sujetos, no volveré allí-respondió algo desesperado.

-"¿Fue un no lo que escuche?"-La voz tenía un claro tono de advertencia, tragó en seco, sintiendo las náuseas acumularse.

-V-Van a matarme-su voz falló ante la simple idea.

-"Me importa una mierda, harás el trabajo o mandaré a que te golpeen como saco de boxeo, ¿no tuviste suficiente ya?¿quieres otra ronda de golpes hijo de puta?"-se escuchó un pequeño silencio-"así me gusta."

Apenas la llamada fue colgada corrió al inodoro y vomito lo poco de comida que había consumido, el ardor en su garganta se hizo presente, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos sin permiso, empapando sus mejillas de frustración y angustia, sin poder sostenerse más se abrazó a sí mismo en el suelo, sin darse cuenta fue cayendo inconsciente sobre la fría baldosa.  

A la mañana siguiente lo despertó el sonido de los golpes en su puerta, con dificultad se levantó, sus ojos seguían hinchados y el sabor ácido desagradable seguía en su boca, no quiso mirarse al espejo, mojó su rostro, lavó su boca con agua y la escupió. Al llegar frente a la puerta apretó el citofono.

Cold-Blooded/《SanSang》Where stories live. Discover now