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Como si de un deja vu se tratará, a la mañana siguiente ambos chicos caminaban hasta la parada de bus, bajo el mismo clima

-¿En serio piensas que te prestaré esa plata si ni siquiera me dirás para qué?-le preguntó indignado Jung.

-Woo enserio no puedo decírtelo, pero si todo sale bien, te juro que te contaré-insistió.

-¿No estarás vendiendo drogas?-Yeosang le golpeó en el brazo-¡Ouch, está bien! Pero no me golpees.

El día transcurrió de forma normal, las clases igual que siempre y su estado físico ya se encontraba mejor, su mente en cambio, no podía quedarse tranquila, los eventos de la noche anterior le golpeaban y su corazón se acelera de solo pensar en intentar algo allí, recordaba esa sensación extraña al ver a los dos chicos pelear, era una mezcla entre ansiedad, emoción y nervios, no sabía bien por que. A él jamás le han gustado los programas de lucha libre, las artes marciales, ni nada por el estilo, sin embargo haber visto esa pelea le hizo sentirse con ese cúmulo de emociones.

Perdido en su propio mundo ni siquiera le prestó atención a su amigo cuando volvieron juntos y fue así hasta que llegó a su casa y colocó las llaves en la cerradura. Algo andaba mal.

Con la mano tensa en la llave un escalofrío recorrió su columna, tenía un mal presentimiento, las alarmas en su cuerpo se encendieron, como si de algún peligro se tratase, debatió si debería entrar o no a su departamento, parte de él le pedía a gritos que se diera la vuelta y huyera de allí, más su otra parte lógica le decía que sería peor, con extrema lentitud abrió la puerta, encontrándose con que efectivamente habían dos sujetos en su apartamento, los conocía, eran los dos hombres que le molestaban siempre, mandados por ese asqueroso ser.

Sus ojos viajaron al resto del departamento, horrorizado vio cómo sus cosas estaban repartidas por el suelo, cajas abiertas y su ropa desordenada, corrió hasta donde uno de los hombres abría un cajón y lo empujó lejos de allí.

-¡Qué mierda están haciendo!-les gritó, el hombre apenas se moviò, lo miró indiferente.

-El jefe cree que ocultas dinero de él-respondiò haciendo enojar aún más al azabache.

-Que yo oculto que?...-

-El jefe ha estado recibiendo menos dinero del que esperaba-respondiò el contrario en un tono de advertencia, estaba empezando a perder la paciencia.

-¡Eso es ridículo, yo no tengo nada que ver con sus jodidos clientes!-Grtitò enfurecido Kang, sin embargo para su desgracia eso desató el violento comportamiento del hombre el cual le golpeó el rostro a puño cerrado, mandandolo de espaldas al suelo, luego se agacho y lo levantò del cabello, Yeosang se quejò y sintiò el sabor metálico en su boca, además del dolor punzante en su nariz.

-Escucha mocoso de mierda, tu aqui no tienes ni voz ni voto y si queremos vamos a dar vuelta tu jodido departamento y tu no puedes hacer absolutamente nada-el horrible aliento del hombre se sentía en su rostro, con rabia e impotencia reprimida le miraba sin decir una palabra-y ahora te quedarás aquí observando cómo se revisa todo, por insolente.

Para su suerte, si es que se puede decir asi, el otro sujeto no demoró mucho en revisar lo que quedaba, su cabello dolía por estar aun siendo tironeado y su nariz se sentía hinchada, de sus ojos salían pequeñas lágrimas por el esfuerzo así como con angustia veía como algunas de las cosas en el suelo se encontraban rotas, cosas preciadas para el. La búsqueda finalizó, los hombres aprovecharon de llevarse lo poco y nada de valor que tenía y sabía perfectamente que esa no había sido la orden, pero si quería seguir respirando no podía hacer nada, finalmente fue soltado, cayó de espaldas.

-Bueno, no hay nada, te salvaste niño-odiaba que le dijeran niño, nada en su vida podría relacionarse a lo que vivía un niño y el no lo era, sin embargo allì estaba, siendo tratado como tal y como casi un delincuente al mismo tiempo, estaba harto.

Cold-Blooded/《SanSang》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora