Capítulo 19

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"Quiero y te quiero, yo casi te amé. Y en medio de la noche espero impaciente a que llegue el momento en que por fin pueda decirte adiós".

CAPÍTULO 19

—¿Ya vas a decirme a quién vinimos a ver? —Preguntó Gulf mirando alrededor y Tom se encogió de hombros.

Se encontraban afuera del estadio en medio de una larga fila de gente que avanzaba dos pasos cada diez minutos. La mayoría eran adolescentes impacientes por entrar, los mismos que cuando lograban organizarse cantaban a coro y bailaban siguiendo una compleja coreografía, y a pesar de que no estaban tan bien coordinados nadie podía apartar la mirada. Ellos, al igual que Tom, parecían estar a dos canciones de perder la paciencia y trepar las bardas para entrar al estadio.

—Ya te dije que no lo sé —respondió Tom interrumpiendo la conversación que tenía con una chica, la cual también se quejaba del tiempo que habían perdido formados. Por algún motivo que todos desconocían el concierto se había retrasado y el proceso de entrada era mucho más minucioso, lento—. Nos regalaron los boletos, ¿no puedes solo disfrutar el momento? Anímate.

—Casi lo estoy disfrutando tanto como tú —le mostró los dientes de forma cínica y siguió perdiendo la mirada en el tumulto.

Tom y Diana encabezaban la fila, detrás de Gulf estaba Clara, que usaba audífonos con cancelación de ruido sin haber empezado el concierto, porque decía que los murmullos eran demasiado altos, a ella le seguían Norma, Rubén y Daniel. Sus padres estaban demasiado ocupados tomando fotografías de su primer nieto en su primer concierto, como para percatarse de que él se aburría como una ostra por no poder conversar con nadie.

El estadio y sus alrededores se encontraba rebosante de humanos hormonales y adultos que intentaban seguirle el paso a algún menor, estaba seguro de que no había visto tanta gente reunida en un mismo punto en toda su vida. Había estado dentro del estadio antes, sí, pero la afición de un equipo de fútbol parecía pequeñita a su lado, no era competencia para las miles de bocas que adentro gritarían sin control.

—¿Es tu primer concierto? —Le preguntó Diana a Gulf cuando regresaba de echarle un vistazo a Danny—. No parece que te esté gustando la experiencia.

—Si te refieres a un concierto masivo, sí. Esto da miedo, creo que mis sentidos colapsan con tanto movimiento y sonidos que perciben.

—Es toda una locura, ¿no? Yo tampoco dejo de impresionarme. La chica de adelante —señaló a una chica de cabello rosado que seguía conversando con Tom—, dice que hay mucha más gente que en el concierto del año pasado, algunos de los que están aquí escucharan el concierto desde afuera porque los boletos se agotaron enseguida.

—¿Tú sabes quién cantará? No reconozco ninguna de las canciones que han cantado ellos.

Negó con la cabeza.

—No lo conozco y es mejor que no preguntes. Tom lo hizo y la chica casi lo asesina con la mirada, ahora le está dando una cátedra sobre su trayectoria.

—Por eso escapaste de ellos.

Rió culpable.

—No es que no me interese la vida de un jovencito —se detuvo extrañada—. Ay, soné como la abuela. Es solo que, creo que la maternidad me cambió. Desde que Danny está conmigo solo me interesan las cosas que tengan que ver con él, lo que lo hace sonreír, los dibujos animados y cantantes infantiles.

—Mew me enseñó un poco del proceso para escribir una canción —no pudo evitar sentir un pinchazo de nostalgia en el pecho al pronunciar su nombre—, ¿deberíamos hacerle una canción de cuna?

Lunas de octubreWhere stories live. Discover now