Capítulo 26

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En el capítulo anterior

No creas que hemos terminado —advierto buscándolo que tengo guardado en la bolso— la noche apenas comienza.—Volteo hacia Hale el cual me mira con una expresión divertida y a la vez retadora cuando le muestro la tira de condones que tenía guardada en mi bolso.

Actualidad

Agotados.

Es así como nos sentimos Hale y yo luego de unas cuatro rondas de sexo desenfrenado. Hace tiempo que no me divertía así y de alguna forma ha sido increíble y quiero pensar que no es debido a la persona a mi lado.

Me caracterizo por ser una persona a la cual le gusta poner todo su empeño en lo que hace, más si es algo que me gusta. Y si, el cuerpo de Hale es una de esas cosas. La atracción que mi cuerpo siente hacia él es algo inigualable. Me he acostado con unos cuantos los cuales me atraían pero, esta conexión; la corriente que recorre mi cuerpo cada vez que me toca. Es una sensación adictiva.

La tensión sexual que me consumía poco a poco influyó en mi decisión. Además, es solo una amistad con derechos conveniente que en cualquier momento se puede acabar. Sin emociones, ni sentimientos de por medio.

Es fácil ¿no?

Estoy segura que podré sobrellevarlo en la oficina con Barbará y la molesta de Adriana.

El único problema es mi hermana. Ella en verdad quiere que confíe en las personas que están alrededor y no solo en mi círculo familiar, y de solo tres amigos donde solo hay uno en el que confío de forma plena.

Adriana y Raisa son buenas personas. Ambas tienen un gran corazón y sé que ellas confían en mí pero, sé me torna difícil poder abrirme. Llevo años luchando con la inseguridad y el dudar en las acciones de las personas y se que aunque quiera no cambiaré de la noche a la mañana.

No sé cuantas horas pasaron para llegar al punto en el que ya no podíamos más y decidimos ducharnos, pero de algo estoy segura y es que debe de ser muy tarde. Debería llamar un taxi para irme a casa pero es que estoy muy cómoda donde me encuentro. Hale y yo nos encontramos acostados, envueltos en toallas y sábanas en una de las habitaciones del primer nivel.

Ambos nos mantenemos boca arriba observando el techo color blando sobre nosotros, soñolientos y agotados permanecemos pensativos.

Mis pensamientos giran alrededor de lo que ha pasado entre nosotros y el cómo se lo voy a decir a Amber sin que se altere poniendo su cerebro a trabajar en sacar conjeturas acerca de los sentimientos que según ella, están creciendo dentro de mí.

O eso es lo que ella quiere creer al albergar esperanzas de que algún día me casaré y tendré los hijos que nuestra madre no pudo tener. Porque para colmo la muy hipócrita no piensa en tener bebes porque según ella de eso me encargaré yo, ya sea por las buenas o por las malas. Debido a que su mente cerrada piensa que alguna debe darle nietos a mamá y esa no será ella.

—¿Recuerdas haberme dicho que has tenido tríos? —la voz de Muller llena el cómodo silencio que se había formado entre nosotros.

—Sí, fue en la fiesta
—hago memoria extrañada por el hecho de que saque el tema a la luz.— ¿Por qué?

—Solo pienso en lo incómodo que estaría al ver como otro te toca. —Guardo silencio en espera de que continúe— nunca me ha gustado compartir lo que me pertenece.

Respiro hondo antes de hablar dándome tiempo a buscar las palabras adecuadas para lo que pienso decir.

Me volteo quedando frente a él, el cual me imita volteando el rostro hacia mí. Por unos segundos termino encantada en su fría mirada la cual en este instante transmite una especie de serenidad.

Por culpa de unos zapatos #PGP2022 #CA2022Where stories live. Discover now