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Después del gran viaje y la ausencia de Tony, éste último fue solicitado seguidamente en Industrias Stark y en la Torre así que regularmente dejaba sola a Natasha la mayor parte de la tarde. Natasha no parecía tener problema con esto ya que así disfrutaba su momento para ver películas o entrenar aunque con el transplante aún no podía realizar cosas de mucho esfuerzo.

Una tarde tocaron la puerta de la mansión con desesperación desconcertando a Natasha que dudosa bajó a mirar quién era.

- Natasha -se escuchó la voz de Steve detrás de la puerta.

Así que Natasha abrió la puerta.

- Ay por dios Steve, casi me matas del susto - regañó la espía - ¿qué haces aquí?.

- Nada importante, solo que cometí ciertas faltas y Fury me busca.

- Por favor pasa - invitó la pelirroja.

Steve había violado ciertos códigos por lo cual era buscado.

- No quiero tener problemas con Tony.

- Descuida, él no está aquí.

Steve y Natasha conversaron como en los tiempos dónde eran amigos, aunque el rubio seguía sintiendo amor por la rusa incluso estando con Sharon.

Así las visitas de refugio comenzaron a ser más frecuentes y por supuesto Tony aún no lo sabía, Natasha tenía miedo de la reacción de Anthony.

Steve por su parte ya estaba en la casa en confianza, en sus persecuciones huía a la mansión para poder esconderse y tomar un baño, claro en la habitación para huéspedes.

Después de tanto, el matrimonio Stark celebraba un año de matrimonio dónde la pareja se lució con la fiesta, celebridades y héroes estaban presentes celebrando a la pareja que se encontraba tan enamorada y sonriente, recibieron regalos y muchas palabras de alegría.

La ceremonia fue especial, muy cotizada y muy esperada.

- ¿Te diviertes? - preguntó Tony a su esposa que estaba en la barra.

- Así es, es divertido - respondía Nat tomando su trago de vodka.

- Querida, evita tomar mucho - advertía Tony.

- No lo haré, créeme - sonreía Nat.

La música sonaba, el mundo se divertía y la pareja bailaba en el centro y eran el centro del universo, a la cabeza de ambos solo venían recuerdos.

"Rushman, Natalie Rushman."

"Agente Romanoff, ¿me extrañó?."

"Luce increíble, agente."

"Vamos Tony, tienes que divertirte."

"Te necesito."

"Mi esposa."

"Nuestra familia."

"Te amo."

Natasha miró a Tony.

- Tú, tú eres diferente al resto. Te amo Tony.

- Oh mi Natasha, me has hecho tan feliz en este año.

Su historia era única, el destino se había encargado de emparejar los caminos y su amor era tan fuerte que no podría existir algo que lo derrotara.

- Tony, tengo que agradecerte lo feliz que ha hecho a mi hija - mencionó Alexei tomando del hombro a Tony - gracias.

- Realmente estoy feliz de que mi Nat por fin tenga la vida que tanto merece - sonrió Melina antes de abrazar a Nat.

- La verdad el afortunado soy yo, Natasha es la mejor.

- Tony basta - pedía la rusa - siempre me haces feliz con tus comentarios.

Alexei y Melina se retiraron a la barra mientras Tony y Natasha subían a su habitación.

- Diría que estoy muy cansada para tener sexo, pero no es así - coqueteó Nat.

- Señora Stark, es usted muy atrevida - miró Tony.

- Tal vez misteriosa, debería averiguar qué hay debajo de mi vestido - sonrió Nat dando media vuelta para dirigirse al balcón.

Tan pronto como pudo, Tony la tomó entre sus brazos, la rusa le daba la espalda así que Stark con agilidad desabrochó el vestido dejándola en una lencería de encaje color negro, la luna hacía notar su piel con un resplandecer intenso.

Natasha volteó y devoró los labios de Tony, si acaso se separaban era para respirar, pronto Tony la pasó a la cama enorme que compartían quedando encima de ella y deslizó su gran mano sobre el cuerpo de la rusa, haciéndola suspirar en más de una ocasión.

- Tony, por favor.

Para Tony era música para sus oídos las súplicas de su esposa, no la dejó con las ganas y pronto se introdujo en ella con una brusquedad que era exitante para ambos, la rusa cambió de posición para ponerse encima de él y comenzar el gran vaivén que terminaría con ambos cubiertos de fluidos y sudor.

Sin duda su primer aniversario había sido toda una locura.

Sin duda su primer aniversario había sido toda una locura

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