Memorias

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Cuando él probó el primer bocado, regresó al momento de su primera comida en medio de los brazos de su madre. Regresó a su primera bicicleta, mientras su madre lo veía emocionada. Regresó a su graduación de secundaria. A la ocasión en la que le presentó su primera novia. A su primer trabajo. A su primer automóvil. A su boda. A su primer hijo. A su primera casa nueva. A su último viaje. A su funeral.

En todos esos momentos su madre estuvo presente.

Ella lo acompañó en su primer día...y en su último.

Lo acompaña incluso ahora, mientras ve la foto de su hijo en un altar de muertos, mientras él, del otro lado, está cenando lo que le preparó su madre, con los ojos llorosos pero feliz de verla.

Quien iba a pensar que la comida de una ofrenda está tan llena de amor y de recuerdos, que los muertos, aunque sea por un día, vuelven a vivir.

Historias para pensar en la obscuridadWhere stories live. Discover now