Capítulo III: Inicio de la historia

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Capítulo III: Inicio de la historia.

Jagger.


Abro la puerta encontrándome con un adormilado Seth que me saluda con un enorme bostezo y ojos caídos por el sueño. Palmeándole con fuerza la mejilla parece que lo despierto porque de pronto me está dando una sonrisa perezosa cuando digo que pase y que cierre la puerta detrás de él.

Me dejo caer sentado en el sofá individual y él en el de tres piezas. Lo veo bostezar una vez más en tanto saca una de sus laptops. Falta aproximadamente media hora para que los demás lleguen a la reunión que tenemos, un poco arriesgado hacerlo aquí, pero ese es la menor de las preocupaciones.

Necesitaba minutos antes con Seth para que habláramos sobre lo que ha conseguido, porque en este momento el niño genio es en quien más confío.

— ¿Por qué tienes tanto sueño? —pregunto.

—Fui a una fiesta ayer y me centré en Drew, verlo tener sexo debajo de las escaleras fue mi parte menos favorita, además su novia insistía en que tuviéramos diversión.

—Dime una cosa, hermanito, eres nuevo en la universidad, estudiantes de todas las edades quieren follarte, pero no cedes.

»Quisiera entender si es que te estás centrando en tus estudios, si te quito el tiempo, si estás guardándote, tienes una novia secreta o algo extraño pasa. Puedes confiar en mí, Seth. Sé que en ti confío con mi vida.

—No soy Jamie y tampoco soy tú en tus tiempos de juerga, eso no quiere decir que sea un monje —Se encoge de hombros—. Es cierto que he estado ocupado con los trabajos que me das y me mantengo al día con mis clases aunque resulten fáciles de entender.

Esas sin dudas son las palabras de un genio. Soy inteligente, mi memoria es de las mejores bendiciones de la vida al igual que mi ingenio, pero tengo que reconocer que Seth es algo más. Desde muy pequeño era un genio en marcha, podría haber optado a cualquier programa de universidades, pero decidió venir acá con nosotros.

—Cuando llegué dormí con dos chicas —Vuelve a encogerse de hombros—, pero la verdad es que conocí a la amiga de Dakota y sentí curiosidad, ella me gusta y no es que sea un reto, pero creo que vale la pena demostrar que no soy un niño mujeriego.

—Quieres conquistar a Charlotte.

—Sí —sonríe—, además, no confío en nadie en esta universidad, temo que si follo con cualquiera luego termine en algún problema o sea parte de la cosa jodida sucediendo con Bryce.

»Pero no te preocupes, si me da por olvidar mi extraño razonamiento y me largo a follar, te lo haré saber para evitarte la preocupación —Se burla—. Ahora, entremos en negocios. ¿Qué quieres saber primero? ¿Sobre mi futura novia o nuestro tipo?

—Graciosa la manera en la que te refieres a ambas cosas —respondo—. Vamos primero con Charlotte.

Asiente y deja la laptop sobre la mesita frente a los sofás, se sienta en el suelo y me dejo caer a su lado para ver mejor la presentación que tiene preparada.

—Charlotte Wesley tiene veinte años, nacida en Liverpool y a los ocho años mudada a Londres con su mamá, su papá nunca figuró en la foto y no hay nombre que lo identifique. Estudiante de sociología, segundo semestre.

»No participó en ninguna actividad en secundaria, siempre tuvo ese lindo lunar en su rostro. Fue aceptada en la universidad de Bath, ahí es donde hizo el primer semestre de su carrera, pero retrocedamos un poco —Me dice y cambia la diapositiva—. Aunque no destacó en actividades extracurriculares en secundaria, ella es la protagonista de un vídeo viral en donde es golpeada por unas compañeras de clases, un par de meses antes de su fiesta de graduación.

Negociaciones (#2 El Negocio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora