Capítulo XXVIII

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Se acabo no pienso dejar que continúe con sus delirios de grandeza. A paso pausado, luchando por contenerme, me acerco a los tres Volturis. Todos se sorprenden cuando paso entre la niebla de Alec sin que esta me afecte. Varios vampiros se disponen para atacarme pero Marco hace un gesto para detenerlos. Una sonrisa se dibuja en mi rostro y me veo obligada a hacer un tremendo esfuerzo por ocultarla. Me paro enfrente de Aro y retiro la capucha dejando que vean mi rostro. La capa se abre por la corriente de aire que hay a mi alrededor y el tatuaje del cuervo se hace visible para todos. Por el rabillos del ojo veo a todos los vampiros junto a los Cullen tensos.

-- Hola Aro -digo en voz baja. Mi tono calmado le hace alterarse más. De nada sale bueno que yo esté tan calmada-. Ha pasado mucho tiempo, ¿no crees? -desvio la mirada hacía Marco y se sonrío dulce-. Me alegra verte Marco. El tiempo no te ha sentado bien querido amigo. -en sus labios se dibuja una leve sonrisa y tiende su mano hacía mí. Deslizo mi palma por la capa y la estrecho con fuerza.

Aro se tensa todavia más al ver mis guantes. Por su mirada puedo deducir que sospecha la razón de porque los llevo. Cojo aire hasta inflar mis pulmones y lo voy soltando poco a poco.

-- Mi querido Aro. No he venido a hacer la guerra contra ti ni contra tu aquelarre. Mi única misión es proteger a la niña. -digo con voz calmada. Pero no puedo evitar que mis ojos que volvian a estar normales cojan puntos rojos por la ira contenida-. Renesmee no tiene la culpa de su condición híbrida. Ni Bella ni Edward sabían que esto era posible. Fue un accidente. Sin embargo, Nahuel ya ha demostrado que su raza no es peligrosa ni para los humanos ni para las demás especies que forman nuestro mundo. Así que os ruego a ti y a tu Guardia que os retiréis de estás tierras sin hacer daño a nadie. Como he dicho. Ya no lucho contra vampiros, pero... -esta vez dejo de contenerme y mis ojos se tiñen completamente- pase lo que pase y pese a quien le pese, protegeré a la niña. Ella cuenta con la protección de los Alas Negras. Nadie podrá tocarla sin pasar primero por mí. -mis palabras calan en todos los presentes.

Todos a excepción de los metamorfos, Renesmee, Nahuel y su tia, y Bella, saben el verdadero significado de mis palabras. Por el rabillo del ojo veo como Emmet sonríe y se prepara para luchar. Edward me mira entre sorprendido y un tanto enfadado. No le ha hecho mucha gracia mi declaración. Pero es la verdad y si tengo que decirlo para que dejen a Nessie, lo are.

-- ¿Acaso es una amenaza eso? -pregunta Aro alzando una ceja.

-- Por supuesto que no. No soy tan imprudente, ni engreída, como para osar hacer algo así. Simplemente os he dado una advertencia sobre lo que sucedera. -respondo con una sonrisa de lo más falsa que hace que los dos Volturis se estremezca.

Cayo sabe como me las gasto y Aro no se queda corto. Se lo dejé bien claro al destruir Volterra entera una vez conseguí reunir las fuerzas necesarias. Reino el caos en su hogar por tres días hasta que me cansé y huí. Tardaron medio siglo en reconstruirla toda y varios en hacer que las historias sobre la muerte con capa negra que apareció y en una noche mató a todos los hombres y mujeres dejando solo a los niños, desaparecieran.

-- Aro, por favor. Hace años renuncie a mi mundo dejando atrás el odio y la sed de venganza. -inspiro profundamente- No quiero un combate. Solo vivir en paz. Hasta ahora lo he hecho, hemos convivido juntos tranquilamente. La niña no es una amenaza, por favor olvidemos el asunto.

-- O Megara, realmente me encantaría que eso fuera tan fácil, pero... No es así. Los crimenes que cometiste siguen ahí, no se han esfumado por mucho que ahora afirmes haber cambiado -comenta Aro. ¿Es qué realmente se cree que tiene una oportunidad contra nosotros? Suspiro y comienzo a quitarme un guante, de reojo veo como Aro se tensa y involuntariamente tira un pie hacía tras. Maldito cobarde.

Holmes "El Angel de la Muerte" [Libro 1]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon