Capítulo XX

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Perdonar por llevar tanto tiempo sin actualizar. He estado liada con los examenes finales y no he tenido tiempo. Pero ya estoy de vuelta con un nuevo capítulo. Espero que lo disfrutéis.

¿Se lo explico? ¿No se lo explico? Esas preguntas resuenan en mi cabeza una y otra vez. Una vez Jake a pronunciado las palabras mi cabeza a dado un salto espacial. La incertidumbre se apodera de mi. En todos mis siglos de vida solo he dejado que cuatro personas sepa la historia al completo. Mis dos haijados, Nicolas y Gwendolyn. Y Carlisle y como repercusión Edward. No he llegado a confiar lo suficiente en nadie como para explicarle toda mi historia. La guerra, mi encarcelamiento, la huida de la prisión más segura del mundo, vigilada por vampiros... Es algo que siempre he preferido olvidar.

La guerra entre vampiros y demonios es algo que, por mucho que los Vulturis han querido ocultarlo y de lo que esta prohibido hablar, todo el mundo conoce. Por eso no me importa hablar de ello. Pero explicar que mi hijo y mi marido fueron torturados y asesinados delante de mi, que he sido una de las asesinas más perseguidas, destructoras y sanguinarias que el mundo ha visto. No me siento orgullosa de mucho de lo que he echo. De echo si pudiera volver a tras lo cambiaria todo o al menos una gran parte.

Miro a Billy, esta demasiado entretenido como para prestar atención a lo que estamos hablando.

-- Esta bien -le agarro del brazo y lo llevo asta la habitación.

Lo meto dentro con rapidez y cierro la puerta. Suspiro pesadamente y luego me giro para mirarle. Tiene los brazos cruzados sobre el pecho desnudo. Tendria que comprarle camisetas porque parece que no tenga. Casi siempre que lo veo va sin.

-- Siéntate, esto va para largo. -le acosejo. Coge una silla y se sienta dejando el respaldo que se supone que es para la espalda entre sus piernas. Apolla el menton en sus brazos cruzados y espera atento a que empiece a relatar.

Me siento en la cama y me cruzo de piernas sobre ella. Agarro un cogin y empiezo a juguetear con el sin mirar a la cara a Jake.

>>Los Alas Negras eramos un pueblo muy rico. Eramos algo asi como la nobleza de las razas sobrenaturales. Nos mezclabamos entre los humanos y nos dedicabamos a protegerlos desde las sombras. Por aquel entonces no había tantos vampiros como ahora. Y no existían los metamorfos. Las tres grandes razas estaban divididas entre: Alas Negras, Vampiros y Licántropos o hijos de la luna. Nosotros nos encargavamos de evitar que los licantropos se sobrepasasen con los humanos y que los vampiros no llegaran a extinguir la raza humana al completo.

Yo pertenecia a una de las familias más antiguas y prestigiosas. Mi padre era uno de los diez miembros del Consejo que regía nuestro mundo. Imponían las leyes y las aplicaban. Algo parecido a lo que hacen los Vulturis ahora con la diferencia de que a ellos no les importaba el poder.

Mi madre era la madre confesora, una de las confesoras de más alto poder. Tenía un poder antiguo que solo las confesoras más poderosas tienen; es la llamada cólera de sangre, una fuerza incontrolable en la cuál, la confesora es capaz de confesar a varias personas a la vez sin necesidad que las toque. Como excepción a la regla yo herede el poder de mi padre de volar y hipnotizar y no nací con el don de la confesión sino que lo desarrolle más tarde, algo no muy común. Y por si tienes dudas yo al igual que mi madre también poseo ese poder antiguo, por suerte fue lo primero que aprendí a contener.

El caso es que los vampiros se revelaron contra nosotros y firmaron una alianza con los licantropos en la cual se les concedia la mitad de las presas humanas que había por entonces. Y entonces estallo la guerra. Todo eso nos pillo en la temporada seca, un tiempo en el que dejamos completamente de beber sangre y por lo tanto nos debilitamos muchisimo. Miles de alas negras muertos a manos de licantropos y vampiros. La guerra más sangrienta que te puedas imaginar.

La Guerra duro un siglo entero en el cual hubieron pequeñas victorias y grandes derrotas.

Como los licantropos y los vampiros tenian muchas perdidas empezaron a transformar humanos para ganar más numero. Lo hicieron a tal extremo que los humanos casi se extinguen.

Después de noventa y nueve años de lucha por fin nos reunimos para acabar con todo de una vez por todas. Pero el resultado fue contrario a lo que esperabamos.

Sangre por todos lados, edificios quemados, gritos de mujeres y niños resonaban por el lugar. Miles y miles de demonios muertos. Y entonces todo fue silencio. Aún recuerdo la ansiedad que sentia en la batalla, veia como los cuerpos de mis amigos y conocidos caian al suelo sin vida. Y yo en lo unico en que podia pensar era en encontrar a mi marido para asi poder ir a buscar a mi hijo. <<

Veo la mirada de sorpresa y su tensión en la mandivula. A Jake no le ha gustado nada saber que he estado casada y con un hijo.

>> Pero ese dia no lo encontre. Un licántropo me ataco y me di un fuerte golpe en la cabeza perdiendo el conocimiento. Desperte días después en una celda

Flash back

Abro los ojos con dificultad, siento que los parpados me pesan como dos toneladas. Cuando por fin los tengo competamente aviertos miro a mi alrededor. Tengo las manos y los pies encadenados y me encuentro atada a una cama. Intento deseperada romper las cadenas pero estoy demasiado debil. Ni siquiera puedo incorporarme.

-- No tienes fuerzas ni para levantarte. -escucho que alguien me dice. Al instante me llega su dulce olor. Aro- Eres tremente fuerte, después de una semana sin comer ni beber nada sigues viva. Impresionante.

Muevo la cabeza para lograr verlo.

-- Eres el mayor tesoro que podemos conseguir de los de tu especie. Una belleza, fuerza y un talento unicos. -le dedico un gruñido- Veo que no estas muy predispuesta a unirte a nosotros. Quiza cambies de opinión después de lo que te tenemos preparadas.

Entran unos vampiros en la sala y me levantan. Estoy tan débil que no me puedo sostener por mi misma. Me llevan en brazos asta una sala. En el centro estan los otros dos vampiros con sus esposas. Me sueltan en medio de la sala y caigo al suelo haciendo un fuerte ruido.

-- ¿Es cierto que ella es la esposa del general Dallas? No parece gran cosa. -dice una mujer al lado de Cayo. Enseño mis colmillos y gruño como respuesta.

-- No seas tan descarada Athenodora, es más fuerte que todos nosotros juntos -dice Aro. La mujer se acerca a mí y alza mi rostro cogiendo mi cabello. Ahogo un grito de dolor cuando tira de mi pelo. Si tubiera la fuerza necesaria ahora mismo acababa con ella.

-- ¿Qué esperas de ella amor? -pregunta otra.

-- Que se una a nosotros. Ni mil tesoros podrían comparar su valor. -reconoce hacercandose a su mujer.

-- No me uniría a vosotros ni aunque me fuera la vida -le respondo con dificultad.

-- ¿Pero y si la vida de quien esta en juego es la de tu hijo y tu marido ? -me pregunta Cayo con una sonrisa cínica.

Mi boca casi toca el suelo de la impresion. ¿Qué les han hecho?

Holmes &quot;El Angel de la Muerte&quot; [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora