Capítulo XIX

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Siento mucho las faltas de ortografía. Ya sé que hay algunas bastante graves, voy repasándolo de vez en cuando y corrigiendo. Pero algunas se me escapan.

-- Me encanta la brisa marina -murmuro con los ojos cerrados-. Después de todo, no ha sido tan mala idea que venga.

Me encuentro en la playa de La Push. He ido a dejar mis cosas en casa de Billy, al final Jake tenía razón. A Billy le ha encantado la idea de que pase unos días con ellos, por suerte a Rachel no le ha importado que me quede en su habitación y duerma con ella. Como tiene la cama de su hermana. Aunque a Paul no le ha hecho tanta gracia. Pobre.

Esta mañana ha llegado el aquelarre de Tanya. Cuando ha visto a Nessie hubiera jurado que le da un infarto. Si no fuera porque ya no le late el corazón claro está. Por suerte nos han escuchado y Nessie les ha mostrado todo con su don, de esa forma no les ha quedado ninguna duda de que los Cullen son inocentes de los cargos que se le atribuyen. Por otro lado, se sienten algo decepcionadas con Irina. Por haber traicionado a la única familia que tienen.

-- Ya te lo dije -dice Jake.

La brisa golpea mi melena suelta removiéndola. Miro al susodicho y éste me recibe con una gran sonrisa. Me parece que él está más contento con la idea de que me quede aquí que su padre. Y ya es decir.

-- ¡Megara! -grita alguien detrás nuestro.

Me giro y veo a Quil con una niña de unos tres años.

-- ¡Jake! -grita la niña al ver a mi acompañante.

Corre hacia él y se tira en sus brazos. Jake le empieza a dar vueltas en el aire mientras ella ríe contenta.

Quil llega hasta nosotros y sonríe.

-- Cuanto tiempo -me dice-. Ya empezaba a creer que te habías vuelto a Londres y le habías dejado tirado.

Señala a Jake quien hace un gesto de disconformidad.

-- Que va, a éste no me lo quito de encima ni en un millón de años -exclamo fingiendo que la idea de tenerle junto a mí tanto tiempo me desagrada.

La niña deja de reír y clava su mirada en mí. Ahora que me fijo tiene todas las características de una quileute. Piel morena, cabello negro...

-- Hola -dice algo tímida.

A Quil casi se le cae la mandíbula de la sorpresa al verla ser tímida con alguien desconocido.

Me pongo a su altura y le tiendo la mano enguantada.

-- Hola, pequeña. Soy Megara pero puedes llamarme Meg -le sonrío-. ¿Y tú cómo te llamas?

Agarra mi mano sonriente.

-- Claire -responde ya no tan cohibida.

-- Mucho gusto, pequeña Claire -ella mira a Jake y sonríe.

-- Es muy guapa -suelta, no puedo evitar sonrojarme un poco.

Pasamos hablando un rato sobre todo lo que está pasando últimamente. Es obvio que todos están preocupados por lo que está por venir. Pero se que lucharán, Renesmee es parte de la manada y tienen que protegerla como lo harían con cualquier otra de las pareja de los imprimados.

-- Meg, ¿tú crees que saldrá bien? -pregunta Quil serio mientras mira como Claire juega con la arena y recoge piedra.

-- No lo sé. La última vez que me enfrente a los Vulturis no acabo bien -respondo mirando al horizonte.

Los recuerdos llegan a mi como un flashback.

>> Nos encontramos corriendo por el bosque. La batalla ha empezado , he visto morir a amigos, hermanos... Gente con la que me he criado, que he visto nacer y crecer. Mi gente. Pero eso ya no importa, mi único objetivo es llegar a las primeras filas, tengo que encontrar a Dalas. Él es el único que me podrá ayudar a encontrar a Nicolás.

Holmes "El Angel de la Muerte" [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora