3. Hogar

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Jungkook se levantó del colchón claudicando el tema con una palmada.

—Bien. Pues vamos.

—¿Vamos?

Jimin observó confuso como Jungkook se dirigía a la puerta y le echaba el pestillo.

 —Si.—se giró y gesticuló con ambas manos, instándole a moverse.—Vamos, camiseta fuera.

 —¿Yo... Qué?—Jimin pestañeaba aturdido.

 Jungkook chasqueó la lengua fastidiado y de dos zancadas llegó a la cama. Sus manos se dirigieron al dobladillo de la prenda y antes de poder pestañear, Jimin estaba sin camiseta. Su primer instinto fue cubrirse con los brazos cruzados.

 Jungkook arrugó el gesto.

—¿Por qué te tapas?

—¿Y tú por qué me quitas la ropa?—ladró a la defensiva. Resopló cuando dio con la burlona ceja alzada de su amigo.—Ya, ya. Acabo de caer.—suspiró, mirando hacia la pared antes de apartar lentamente los brazos. Instantes después, miró a Jungkook con ojitos matadores que Jungkook calificó como adorables.—Te toca.

Jungkook se encogió de hombros sin darle importancia en absoluto y de un tirón, se quedó desnudo de cintura para arriba.

Jimin se sonrojó.

Jodidamente se sonrojó.

Y Jungkook se rió. Alto. Muy alto.

—¿De que te ríes, estúpido?

Otra carcajada.

—Te has puesto rojito.—declaró con otra risa.—Nunca pensé que verme sin camiseta pudiera ponerte... Así.—Jimin resopló, cruzando de nuevo los brazos al pecho y mirando hacia un lado con altivez.—Venga ya, Jimin. No te enfades.—no hubo respuesta.—En realidad me siento halagado.

—Como me alegro por ti.—dijo con veneno.

Jungkook suspiró y se acercó hasta quedar acuclillado frente al rubio. Le costó un rato que aflojase los brazos y cuando lo consiguió, se aseguró de tomar fuertemente sus manos.

—Jimin...—este aún miraba hacia un lado en silencio.—Jimin.—nada.—Jimin, Jimin, Jimin, Jimin, Jimin.—vio como algo en su mejilla se movía, como si se hubiese mordido por dentro. Sonrió.—Jimin ssi...—dijo alargando las palabras y con la voz ridículamente ronca.

Jimin trató de ocultar la carcajada pero no pudo. Él era un ser de luz, no estaba biológicamente diseñado para esconder la risa.

Jungkook se relajó ante el sonido.

Se sentó junto a Jimin en el colchón y le rodeó con un brazo, tomando de nuevo sus dos manos. Elevó sus diestras para besar el dorso de Jimin y lo pegó contra sí tanto como la física le permitió. Segundos más tarde, escuchó una vocecita.

—Esto es raro.

—Lo nuevo siempre se hace raro al principio.—declaró. Un beso aterrizó en la nuca de Jimin.—¿Crees que pueda quitarte ya los pantalones sin que salgas en llamas?—el chico entre sus brazos respingó y se hundió más en su pecho, demostrando lo mucho que quería desaparecer.—Supongo que eso significa no.

Hubo un minuto de silencio absoluto, donde Jimin no quería hablar y Jungkook no quería presionar. El rubio levantó la cabeza para mirarle con unos ojos repletos de necesidad. No una necesidad nublada de deseo, no un deseo sexual al menos. Estaba cargada de súplica, deseo de cariño, de amor, de ser acunado y mimado. Esa mirada descolocó algo dentro de Jungkook por un instante.

—¿Podrías...?—Jimin cerró los ojos tres segundos, dándose ánimos. Después, volvió a mirarle con esa necesidad aún más cruda que antes.—¿Podrías darme un beso?

Como voltear heteros 🌸KookminWhere stories live. Discover now