Capítulo 61 - La visión de Vysarane

2 1 0
                                    

Cuando la joven llegó a Ner, encontró un edifico en completo silencio... O casi.

Los ronquidos de Kirstán guiaron a la asesina hasta el lugar donde descansaba, acompañado de Pevek y Yarden, que dormían plácidamente a su lado sin inmutarse del poderoso sonido que emitía.

—«Siempre igual» —sonrió, mientras revivía el característico sonido que casi había olvidado durante su estancia en Aben'dil.

La mercenaria se acercó a hurtadillas hacia sus compañeros, a juzgar por la profunda respiración de Kirstán, Vysarane asumió que todavía faltaban horas para el amanecer. Pero lo que había descubierto en el cuervo blanco era demasiado importante como para ser bondadosa y dejar descansar a sus queridos compañeros.

—¡Eh!, ¡sureño! —alzó la voz, y zarandeó violentamente al único roncador de la habitación.

Los tres mercenarios despertaron y tan pronto recuperaron la consciencia tantearon a su alrededor en busca de sus armas en la negrura.

Pero antes de atacar, Kirstán reconoció la voz que los había despertado.

—¡Mocosa malnacida! —exclamó, incapaz de ignorar la risa de la joven.

Pevek suspiró, todavía alterado.

—Por las dos lunas... Estos despertares no los había echado de menos... —Murmuró.

—Vamos, vamos, traigo buenas noticias. —Dijo Vysarane, sin importancia,mientras se sentaba en la maltrecha cama del sureño—. ¿Conocéis a Arle? —preguntó, la joven notó cambiar el semblante del mercenario.

—Él fue quién intentó matar a Tendriel y falló, la noticia recorrió la población en solo un día... ¿Por qué lo preguntas?, ¿lo has visto?

Vysarane agachó la cabeza, y asintió —. Hace un rato, en la misma taberna donde estaba Uryon.

—No creí que fuese a regresar; si cualquier centinela lo ve será hombre muer... —Kirstán se detuvo, Vysarane supo entonces que había comprendido su nuevo plan—. Sí. —Notó el cambio en la respiración de Kirstán—. El imperio ya sabe que se trata de un bandido traidor, si creen que está aliado con Uryon después de terminar con Tendriel, no tendrán más remedio que devolver el poder a Remmie, al menos hasta que encuentren otra marioneta, si es que Frolic quiere correr ese riesgo otra vez. —Explicó.

—Me gusta más que el otro plan, es convincente. —Meditó Pevek, y se desperezó.

—Pero asumo que Arle no accederá así sin mas, especialmente viendo cómo escapó después de su último intento. —Comentó Kirstán.

—Yarden. Tu eres el único que puede pasear por la ciudad sin levantar sospechas, hace un par de horas vimos que a Uryon en el cuervo blanco. Pero es Tendriel de quién quiero saber a donde va cuando no está dentro de su mansión. ¿Podrás evitar llamar la atención y seguirlo? —Giró el rostro hacia el joven.

—Sí, en cuanto amanezca pued...

—Él no es un mero soldado. —Advirtió Vysarane—. Él ha servido en la academia Morgan, si te descuidas sabrá tus intenciones, aunque no te conozca. —Agregó, mientras recordaba el breve intercambio que había tenido con ese formidable guerrero cuatro años atrás, al escapar de sus seguidores.

—¿Qué crees?, ¿que no lo sé? —preguntó Yarden, irritado—. He seguido a imperiales desde que tengo diez años, no lucharé tan bien como tú, pero no necesito tu consejo sobre como acechar a un imperial. —Agregó.

—Está bien, está bien. —Sonrió ella—. Veremos en unas horas si tus acciones albergan tanto valor como mencionas. —Giró su rostro.

—¿No podías haber esperado a que despertáramos para decirnos esto? —preguntó Pevek.

—Me temo que no, cuanto antes nos preparemos antes podremos sorprenderlos, si Arle lo intentó asesinar estará alerta, pero Uryon es otra historia... Y para que esto funcione, me temo que vamos a tener que involucrarlo, aunque termine siendo otro quién acabe con Tendriel. —Contestó Vysarane.

—Yarden, espera en el mercado en cuanto amanezca, ¿Sabes que aspecto tiene Tendriel? —Kirstán le preguntó al joven.

—No, pero si pertenece a Morgan, lo reconoceré el instante que lo vea. —Respondió con seguridad—. Ahora si me disculpáis, descansaré un poco más, a diferencia de esta extraña mujer, yo necesito dormir antes de ir tras el imperio. —Regresó a su saco de dormir.

—Kirstán, vigila a Uryon, entré a la taberna y no parecía que estuviese despierto, debería seguir ahí por la mañana. —Ignoró las palabras del nuevo recluta del grupo—. Yo iré a hacerle una visita al querido sacerdote que me encargó conseguir su respuesta. —Dijo, todavía con la nota que el imperial había contestado bajo los efectos del hediondo químico negro...

VysaraneWhere stories live. Discover now