Trois

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—Soy un idiota— Golpe. —Soy un idiota, soy un idiota, soy un idiota, soy un idi-

—Si sigues golpeándote la cabeza mientras repites todo ello te hará más idiota ¿lo sabes? — Levantó la vista encontrándose con la desinteresada mirada del pelirrojo, quien estaba con sus ojos a la pantalla del computador sin importancia. —No me mires así, no puedo hacer nada por ti.

—¿Cómo sabes que te observo si ni siquiera me estas mirando? — Gruñó desviando su vista hacia otro punto.

—No hace falta que te vea para saber la forma que me miras, nada quitará tu cara de amargado desde que supiste que Cedric tendría una cita con Harry.

Ese era el motivo para estar tan pesimista consigo mismo, después de que el chico bonito viniera a la tienda no hizo nada, solo se le quedó viendo mientras pagaba y se iba. Al día siguiente Cedric le restregaba en la cara que había obtenido una cita con él.

—Ron... ¿Por qué Cedric y yo no? — Se fundió entre sus brazos sobre el mesón que atendía el mayor.

—No alegues que tú no quisiste atender al pobre chico, para que aprendas a nunca rechazar un trabajo, Draco, ¿Quién sabe? La próxima vez entra Tom Riddle y ahí no te esperaré, yo mismo lo atenderé.

—¿De qué me sirve aceptar si ya ninguno será Harry?

Se le hacía raro llamarlo por su nombre, pero le gustaba, quedaba totalmente con la personalidad de él. Fue bastante educado por lo que había visto, era todo lo que esperaba, elegante con sus movimientos, respetuoso, tímido, simpático e inocente. Ronald le había dicho que cuando entró a la tienda antes de hacerse el tatuaje parecía un cachorro perdido, lo cual solo despertó más su curiosidad, quería saber porque su chico bonito se quiso tatuar.

—¡Ha sido la mejor experiencia de mi vida, chicos! — Fue la jovial voz de Cedric mientras sonaba la campanilla de llegada.

—Agh, cállate, idiota.

—¿Y este qué, Ron?

—Tiene algo así como una crisis existencial, váyanse a preparar, tienen trabajo— Sentenció el pelirrojo.

❆❆❆❆

—¡Hey!

La campanilla y aquella voz no le hizo necesario levantar la vista, simplemente siguió dibujando aquel boceto, quería confeccionarlo a la perfección puesto que lo quería para su propia piel.

—Oh, Draco— Gruñó, realmente no quería saber nada de Cedric y lo peor era que trabajaban juntos. —Ronald fue a comprar algunas cosas para la tienda, no debe tardar en llegar.

—Está bien, Cedric, gracias— No hacía falta mirar para saber la gran sonrisa que le dedicaba al platinado.

—¿Qué haces, Draco?

—Un dibujo nuevo, ¿Te gusta? — Lo levanta mostrándoselo a Blaise.

Era un ave, pero no cualquiera, un ave fénix a su estilo. Lo más simple y común era la silueta de este, pero los rasgos que le había hecho eran mucho más marcados, dibujado con unas exageradas llamas a su lado mientras que abajo dejaba ver las pocas cenizas que quedaban de su renacimiento. No estaba a color como usualmente era, quería que fuese solamente en negro, después de todo si lograban hacerlo a la perfección se vería bien y el rojo solamente sería un elemento llamativo innecesario.

—Es asombroso, Draco, de hecho, puedo sentir como los ojos me ven— Susurro impresionado el novio de su amigo pelirrojo.

—Esa es una de las ideas, traté de hacerlo lo más realista posible sino no valdría la pena todo el empeño— Le sonríe leve antes de seguir con la vista gacha perfeccionando su boceto. —¿Vienes por Ronald?

—No, ya sabes, se acerca nuestro aniversario de tres años y estoy rondando para saber qué es lo que le gustaría.

—Pues tú sabes cómo es Ronald, no dice directamente lo que quiere o le hace falta, pero quizá puedes invitarlo a cenar y regalarle algo significativo, una vez vi un libro con la recopilación con los momentos más significativos, podrías hacer algo así.

—Ronald aprecia ese tipo de cosas— Comenta Cedric, que se encontraba al otro lado de la sala. —También no sé, podrías regalarle flores, la tienda de enfrente es ideal.

—No quiero que se sienta como una chica si le regalo flores— Blaise obtuvo un leve temblor en su espina dorsal, el mayor se ofendía fácil y no quería que lo hiciera el día de su aniversario.

—Pero le gusta, aunque él diga que no, le encanta, estuvo mucho rato hablando de flores con el dueño mientras yo preparaba la máquina para tatuarlo.

Alza las cejas al escucharlo, no sabía aquello, por lo cual se mantiene en silencio mirando a Cedric de reojo.

—Quizá haga eso— Suspira caminando hacia la entrada de la tienda. —Bueno mejor me voy antes de que Ron me vea aquí, nos vemos, cuídense.

Y así les dejaban solos nuevamente, lo cual, si ya era incómodo, ahora se hacía mucho más desde que el mayor había nombrado la florería. Soltando un suspiro siguió dibujando en su boceto, debatiéndose si pedirle a Cedric que hiciera el tatuaje en su piel.

Un celular suena y supo que era el del castaño, quien no tardó ni unos segundos en contestar, frunció leve el ceño al verlo tan animado por leer el identificador, y lo peor se le vino a la mente.

—¡Harry! — Estaba harto de escucharlo llamarle así, o quizá solo estaba harto de que el mayor pudiese hablar con su chico bonito. —¿Ahora? Pues...— Siente la mirada dubitativa del mayor sobre él, llamando aún más su atención. —Claro, puede venir.

Sus ojos se abrieron en grande, su chico bonito vendría.

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El chico bonito de Draco llegara. 

<3

Entre flores y tatuajes [Drarry]Where stories live. Discover now