Cinq

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—Bien... Comencemos— Su voz algo insegura salió de sus labios, sin saber qué hacer con exactitud.

Draco se obligó a desviar la mirada cuando ve al chico bonito sacarse la playera, muerde su labio involuntariamente, sabía que el tatuaje estaba en su espalda, pero aún no estaba ni siquiera preparado para hablar con él y se suponía que debía verlo semi desnudo.

—Recuéstate— Espera a sentir los minutos necesarios para poder dirigirle la mirada.

Su respiración se corta durante unos segundos, la pequeña espalda del chico era ligeramente lechosa, sin ninguna imperfección en ella y en buena forma. La piel con solo verla, se podía saber que era suave, pero, aun así, tuvo que controlar su mano para no acariciarlo.

Aclaró su garganta, para tomar asiento en el banquillo y dedicarse a observar el tatuaje en la zona alta de su espalda.

Colocándose unos guantes de látex, observó el pequeño ramo de Crisantemos que había en su espalda. Frunció leve el ceño, pasando uno de sus dedos sobre las costras que comenzaban a formarse. Ante su toque, vio el pequeño cuerpo sobre la camilla vibrar, tomándolo desprevenido ante su contacto.

—Son crisantemos— Susurra más para sí mismo que para el contrario, queriendo reafirmarlo.

—Oh... ¿Las conoce?

Las conozco por ti, deseo poder responder, pero simplemente asintió, comenzando a inspeccionar el contorno y rellenando el dibujo en la piel ajena.

—Cuando escogí este diseño, lo hice pensando en un crisantemo blanco... ¿Sabe de su significado? — Niega, realmente no era de esos que buscaba los significados, simplemente conocía los nombres de las flores por el menor. —Representa sinceridad, verdad y amor leal.

—Debe tener un significado especial— Se aparta buscando entre sus cosas una pomada para echar sobre el tatuaje. —Digo, hacerse algo de por vida, debe de tener un significado.

—Supongo... Simplemente creo que es una flor bella, al igual que su significado, un amor leal, que es lo que todos necesitamos.

Asiente más para sí mismo, que para el menor. No se sentía tan nervioso, dentro de su habitación y con su máquina, era como un animal en su hábitat. Procura dar suaves masajes sobre el área del dibujo, mientras ve la pequeña espalda del chico sobre la camilla, nunca pensó en tenerlo así.

—Supongo que es algo que puedes encontrar con Cedric— Suelta involuntariamente y quien lo conociera, sabría qué lo dijo en un tono celoso.

—Es un buen chico, pero no sé, creo que no es exactamente lo que busco en alguien, quiero algo más serio, que pueda entenderme, aparte es como si fuera tres años menor que yo y me gustaría alguien un poco más maduro— Escucha su suave risa y cree que acaba de escuchar a un ángel. —Supongo que pido mucho para tener una pareja.

Busca un vendaje transparente, para poder cubrir todo el dibujo sobre la piel, colocando una cinta adhesiva, sin querer dañar mucho la piel del más joven, mientras negaba ante sus palabras, aún concentrado ante lo que hacía.

—No lo creo, todos pedimos cosas en una pareja y si lo hacemos, es porque aquello es lo que nos complementa, tú quieres a alguien más maduro y serio, lo que es entendible y Cedric es todo lo contrario, le gusta salir, tomarse las cosas sin su peso, todavía está estancado en su adolescencia— Aplasta un poco el vendaje con cuidado. —Así que tranquilo, en pedir no hay pecado y pronto puede llegar lo que pides.

Al terminar sus palabras, se aleja en su silla, sacándose los guantes de látex y botándolos en el recipiente de basura, repleto de estos mismos. Suspira, levantándose.

—Listo, he terminado— Dice abriendo la puerta de la pequeña habitación.

—Gracias, por ambas cosas, por lo del tatuaje y el consejo— Le ve encogerse de hombros, algo tímido.

—Descuida, este trabajo generalmente es así— Sonríe de lado, caminando hacia el mesón donde estaba Ronald, como siempre concentrado en su propio mundo. —Cualquier problema con el tatuaje puedes volver.

—Está bien, entonces, nos vemos— Le sonríe abiertamente, observando cómo aparecía aquellos adorables pliegues en los ojos del más bajo, antes de sonreír y despedirse con la mano. —¡Adiós!

La figura delgada y hermosa iba desvaneciéndose, mirando hacia la puerta, donde era que se había marchado. Su sonrisa permanecía en sus labios, sin creerse todo lo que había sucedido, apenas fueron unos minutos, pero los mejores minutos de su vida.

—Listo, Draco, ya se fue, puedes colapsar— Dijo su amigo pelirrojo detrás de la mesa.

—¡AAAAAAH! — Un gritó poco masculino y el chico alto se encontraba en el suelo, tal como una de esas adolescentes luego de ver a su amor platónico. 

—Ya me decía que estaba muy calmado...— Murmura el pelirrojo siguiendo con su trabajo.




Crisantemo

Crisantemo

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Draco realmente me representa cuando leo situaciones muy tiernas del Drarry.

<3


Entre flores y tatuajes [Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora