Don't Call Me Darling...

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El silencio fúnebre se hizo presente, familia y amigos cercanos lloraban su perdida.

Vieron atentos como doblaron la bandera y se la entregaban al esposo que ahora es viudo. El agente con manos temblorosas tomo la bandera, la acerco a y pecho y volvió a llorar.

Un agente en especial miraba atento como un chico rubio lo abrazaba fuerte y consolaba. Nunca los había visto, pero no es momento de hacer preguntas raras.

En cuanto la ceremonia termino, todos se reunieron en el bar donde cada noche iban a beber.

-¡Por Volkov! – brindaron chocando sus copas.

La directora del CNI subio al pequeño escenario, golpeo su copa para llamar su atención.

-Buenas noches a todos. Gracias por estar aquí, haciendo compañía a Horacio – lo miro, quien estaba acompañado de un subio y un castaño – Tienes una familia aquí, te queremos y apoyamos.

- Gracias – asintió con una sonrisa triste.

- Quiero comenzar diciendo unas palabras – sonrio – En el momento que conocí era todo un ruso duro, pocas veces podia verle con una sonrisa. Todo su tiempo estaba empeñado en el trabajo, hasta que cierto dia, coincido con Horacio – le sonrio – Un chico que estaba entregando el informe de su ultima misión ¿Quién diría que todo cambiaria ese dia? Viktor encontró algo que lo ilumino y le dio una razón para vivir. Y ese fue Horacio – suspiro – Dedicados a su trabajo, pero también a su matrimonio. Viktor murió desmantelando la mayor red de narcotráfico de niños y pornografía infantil, gracias a él menos depredadores sexuales habrá en Chicago. Gracias por tu buen servicio Viktor Volkov.

Levanto su copa y bajo del escenario dándole el paso a alguien mas.

-Conoci a Viktor hace años – comenzó – El tipo duro y peligroso con el cual debes tener miedo para meterte con él. Trabajamos hombro a hombro, siempre cubria mi espalda – suspiro – Jamas olvidare el dia que reconoció él mismo estar enamorado. Queria seguir con su pinta de hombre rudo, pero con Horacio emanaba el amor – solto una risita – Horacio, estoy aquí siempre, cuenta conmigo justo como lo hacia Volkov – le sonrio – Y para Volkov, descansa en paz, lo tienes merecido amigo mio.

- Gracias por sus palabras Conway – sonrio Horacio despues que le abrazo.

- Animo hijo, aun tenemos trabajo que hacer – le sonrio.

Conway se acerco a la barra justo donde estaba su amiga y jefa.

-¿Estas bien?

- He perdido a muchas personas en mi vida.

- Pero él era tu mejor amigo, Jack no reprimas lo que sientes.

- Era mi mejor amigo, si, pero para ese chico, era su esposo. Muchas veces le dije a Volcov que sentara cabeza y cuando lo hace, dura poco su felicidad.

- Siguio tu conejo, ser feliz y lo fue – le sonrio.

- Hola amigos – la voz de un rubio llamo la atención de ambos – Dios si Volkov estuviera aquí seguramente diría cosas de la unión soviéticas o casas raras nazis – todos rieron, conocían el humor del rubio – Todos han dicho buenas palabras de Volkov, yo tengo muchas mas que decir ya que era mi cuñado – solto una risa – Pero no dire nada de eso, Volkov te merecias mas, si pero hiciste un buen trabajo. No solo como agente, lo hiciste como esposo. Diste lo que tenias que dar, asi que espero descases bien y te vayas en paz. Horacio no estará solo, jamás lo ha estado, a si que si ese es tu asunto pendiente aquí, no temas porque él estará en buenas manos – sonrio – Por nuestro rusky favorito.

Disparates IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora