𝕟𝕖𝕔𝕖𝕤𝕚𝕥𝕠 𝕖𝕟𝕔𝕠𝕟𝕥𝕣𝕒𝕣𝕝𝕠 [~𝙪𝙣 b̲e̲b̲é̲ 𝙚𝙣 𝙗𝙤𝙣𝙩𝙚𝙣 ~]

capítulo 12 "Aparición"

— bonten nunca tiene un lugar fijo, te lo repetí muchas veces — soltó un suspiro mientras su cuerpo entraba en ansiedad.
—no quiero que te pase nada takemichi, o si no todos comenzarían a culparme, solo dejalo así! fuiste a los lugares que te dije y no lo encontraste, bien, ya no tengo algo más que decirte.

— kazutora-kun, por favor, si seguimos buscándolo, lo vamos a encontrar, estoy seguro — dijo takemichi, sentía que estaba perdiendo las esperanzas pero no quería darse  por vencido.

— existe un casino.... solía ir a ese lugar, tiene un subterráneo en donde podías jugar al boliche, pero repentinamente los dueños aparecieron asesinados, la manera en la que murieron es parecida a como trabajan los de bonten..... es el ultimo lugar que te diré...

el pelinegro asintió, estaba dispuesto a ir, también estaba mentalizado si no lo encontraba ahí, después de todo, era muy poca la probabilidad,aunque draken y varios de sus amigos se opusiera a su decisión, no iba a dejar a mikey solo.

......

— kawaragi.... secuestro uno de los laboratorios señor... —

el hombre que le informó de eso, estaba rogando al cielo para salir ileso de aquella habitación,conocía bien a mikey, sabía sobre esos impulsos oscuros y la cero compacion que el albino tenía con cualquier persona.
un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando los ojos oscuros de mikey se centraron en el, poniéndose de pie, aceptó su destino.

pero estaba equivocado, mikey tomó una de las botellas de alcohol y la tiro contra la pared, comenzando a tirar cosas en ella, sin pensar si destruía el lugar, la rabia lo había consumido.
el hombre salió de la habitación, y luego entró sanzu al escuchar los ruidos.
mirando a mikey furioso, cerró la puerta sin pensar en qué el albino lo podía matar.

— mikey... calmate —

mikey tomó una silla y se la tiro a sanzu, el pelirosa lo evitó, preocupándose por el estado en que se encontraba el albino.

— esa mujer.... — susurro enojado dejando de lanzar cosas.
— quiere que la mate.

sanzu se acercó a él con lentitud, tratando de hacer que se calmara un poco.

— ven, siéntate.... — lo tomo de los hombros y lo llevo hasta la cama, sentandolo en la orilla.
— trata de relajarte....

su estado de ánimo cambiaba con los segundos,la furia se había ido  ahora solo había indiferencia en aquellos ojos negros, mirando las cosas y la situación sin el más mínimo interés.
sanzu comenzó a peinarlo para que se le bajara el enojo, colocándole una liga en el cabello corto.

— no tienes que manchar te las manos, yo me haré cargo de ella —
mikey alzó su vista, mirándolo, era un poco extraño que sanzu dijera eso, ya que se trataba de su propia hermana.
— haré todo con tal de que te sientas satisfecho — le dijo acariciandole una mejilla.
— muy pronto te sentirás mejor — le dijo sacando una pastilla, poniéndola en los labios de mikey, el albino la trago ya que así lograba estabilizarse mejor.

no escuchaba ni una sola palabra viniendo de mikey, sentía que su ansiedad se convertía cada vez mayor, arrodilladose enfrente de mikey.
el albino lo miró sin ninguna expresión.

— sabes cuanto te deseo? — le dijo acariciandole las piernas por encima de la ropa.
— siempre desee que llegara este momento — acercándose su rostro hasta el miembro de mikey.
— creo que me contuve demasiado...

nada cambiaba, se había drogado, pero aún así no sentía nada, tenía a sanzu encima de su miembro pero no le provocaba ningún tipo de reacción, sólo lo dejaba continuar porque... Bueno, ni siquiera el sabía el porqué.
mirando como el alfa le bajaba los pantalones, esa pijama de color negro  que siempre acostumbraba llevar, levantandole un poco la camisa, comenzando a besarle el vientre, lamiendo alrededor de su pene, si sentía los escalofríos pero no le exitaba en lo absoluto.
era como si sanzu estuviera besando a un maniquí, bajandole la ropa interior, metiendo el pene en su boca, sintió extraño al sentir la saliva, al parecer sanzu si lo disfrutaba.
ran entró sin tocar la puerta, con rapidez mikey tomó su pistola apuntandole.