five

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Diría que Roma se levantó espléndida y con ganas de vivir, pero claramente no es así.

Se levantó con el kun golpeando la puerta diciendo que en 5 minutos se iban. 

Y ella estaba con la almohada marcada en la cara, el pelo apelmazado por acostarse con el pelo mojado, unas ojeras gigantes y con una remera de los Eagles que algún chico con el que había estado la dejó en su casa y nunca la devolvió.

Obviamente les dijo que salía más tarde, porque ni siquiera se acordaba que había hecho la noche anterior. Aunque le costó demasiado levantarse, lo hizo y entró directamente al baño.

Mientras se duchaba le venían recuerdos de la noche anterior. Desde una chica alemana llamada ¿Kia? ¿Kiara?, hasta cuando llegó al hotel y...

Pero la puta madre.  

Le dijo a Martínez que era lindo. A ver, sí lo era, pero hay que mantener la dignidad. Bueno, en realidad tampoco tenía mucha dignidad.

Ella nunca se preocuparía por decir ese tipo de comentarios, porque muchas veces los decía sobria. El problema era que se lo dijo a alguien que casi ni conocía, y en pedo. 

Decidió que se preocuparía de eso más tarde, porque recién eran las once de la mañana y el partido sería por la noche.

Estaba un poco fresco, así que se puso un jean con un top blanco y una campera verde, y en los pies se puso unas air jordan de color verde.

Prendió su celular y vio que Leo le había mandado un mensaje diciendole que volvían a comer al hotel al mediodía para que coma con ellos. Entró a Instagram para matar el tiempo y vio una storie que había subido y se dio cuenta de que no le pidió ni siquiera el instagram a la rubia copada de la noche anterior.

En la foto las chicas estaban en la barra de un bar mientras tomaban un shot de ¿Vodka?

Se río de su propia cara y cerró instagram. Agarró un libro que se había llevado y bajó al primer piso a buscar un lugar para leer. Encontró unas reposeras cerca de la pileta y se sentó a leer un rato.

Después de un rato se asustó cuando alguien le gritó al oído.

— ¿Sos pelotudo Nicolás?

Él y el papu se empezaron a cagar de risa, notó como Otamendi la estaba grabando y le hizo fuck you a la cámara.

— Y bueno nena, estabas re regalada. —Ellos empezaron a discutir hasta que el papu los interrumpió.

— Bueno bueno, vamo' a comer que me estoy re cagando de hambre. —Dijo empujando a los chicos adentro.

Llegaron al lugar donde estaban los pibes y ella dijo un hola como saludo que todos respondieron con un hola o un buenos días.

Se sentó en uno de los lugares que estaban vacíos, entre de paul y paredes y empezó a comer.

La comida siguió con charlas banales y chistes pelotudos, que solían decir el kun, papu o ota, nada fuera de lo normal. Eso sí, todo el almuerzo sintió una mirada super intensa que no la dejaba seguir todo el hilo de la conversación y, aunque intento ignorarla, en cierto punto se le hizo imposible. Levantó la vista y se dio cuenta que el que la miraba así era dibu.

Lo miró fijamente, como él a ella y así empezó una guerra de miradas silenciosas mientras los demás hablaban de pelotudeces. Y aunque la mirada del castaño la estaba poniendo nerviosa no lo demostró ni apartó la mirada.

El chico tampoco tenía la intención de hacerlo, pero apartó la mirada al notar que uno de los pibes le estaba hablando, ella sonrío triunfante y siguió comiendo como si nada.

𝘳𝘰𝘮𝘢 -𝘦𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢𝘯𝘰 '𝘥𝘪𝘣𝘶' 𝘮𝘢𝘳𝘵𝘪𝘯𝘦𝘻Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt