10

9.3K 1K 959
                                    


— Una atmósfera sombría envuelve el lugar. — comenzó hablando Kingo para su video. —Nos causa una inquietud escalofriante.

— ¿Qué haces? — preguntó Phastos molesto. — ¿Sabes que nos estás poniendo nerviosos verdad? — continuó. — ¡AY MI VIDA, AY CÁLMATE! — gritó.

Todos lo volteamos a ver y al instante se comenzó a reír por qué la causa de su miedo fue una bolsa de papas en el suelo.

— Ser un Eterno como han notado no nos impide sufrir emociones humanas, como la cobardía. — dijo Kingo en dirección a la cámara.

Entramos al laboratorio donde había muchas cosas guardadas y una sonriente Makkari sentada leyendo.

— ¿Pero que ha hecho? — se pregunto Phastos. — ¡Hay un sarcófago en mi laboratorio! — exclamó al ver todas las cosas que Makkari había coleccionado.

— Ella es Makkari. — dijo Kingo presentándola. — O la señorita coleccionista, nadie la ha visto en siglos.

"¿Es hora de ir a casa?" nos pregunto a lo que todos guardaron silencio, y Makkari al verme, usando su agilidad corrió a darme un abrazo. "Te extrañe, me hizo falta una compañera"

"Lo siento, no sabía donde estabas" respondí.

Caminamos alrededor mientras Phastos se organizaba y encontrábamos artefactos históricos que la humanidad aún buscaba, sonreí negando.

"Entonces, ¿Me estás diciendo que esperamos años para regresar a Olimpia y no existe?" dijo Makkari asombrada.

"Eso y que el mundo se acaba" respondió Kingo.

Seguí caminando y encontré la tabla de esmeralda que Makkari había mencionado antes de separarnos, la que ambas juramos buscar algún día, la tome y mientras la admiraba Druig me la arrebató.

— ¡Druig! devuélveme eso. — ordene.

— ¿Es acaso la tabla que tanto anhelaban tú y Makkari? — pregunto burlándose. — Perdona, ¿te molesto? Mi bella y preciosa Akia.

Después de tantos años, siglos, volví a escuchar su voz halagándome como lo hacía día con día antes de separarnos, me miró fijamente y cuando se distrajo se la quité mirándolo también, una sonrisa torpe y dulce se dibujó en nuestros labios.

— Perdón ¿Qué estamos viendo? Esto es... — nos preguntó Phastos.

— ¿Esto es nuevo? — preguntó Kingo. — Por qué lo odio, Akia era mejor un humano. — dijo.

Ambos lo miramos de mala gana.

— Phastos, necesito controlar la mente de un celestial. — dijo Druig a mis espaldas.

Phastos nos empezó a explicar el plan que teníamos, nos explicó de manera breve que lo que hacían los desviantes absorbiendo nuestra energía lo podíamos hacer nosotros para crear una especie de ¿Unimente? y así dormir a Tiamut.

— ¿Unimente? — preguntó Kingo.

— Es un nombre horrible. — dije.

"Supongamos que Druig puede hacer dormir a Tiamut, ¿Luego qué?" preguntó Makkari.

— Buscamos un planeta para los humanos. — propuso Sersi.

— ¿Construiremos una gran nave y meteremos parejas de animales? — pregunte de manera burlona.

— ¿Sabes que nunca salvó al mundo? — preguntó Phastos. — Tú sarcasmo. — se contestó.

Empezamos una discusión debido a que Kingo pensaba que podíamos matar a Tiamut y así detener millones de vidas de ser creadas. Un plan que mostraba nuestro egocentrismo por conservar un planeta y evitar la creación de otros.

Us in the sky || Druig Donde viven las historias. Descúbrelo ahora