Capitulo 11

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La fuerte luz de la mañana se filtró a través del espacio entre las cortinas y Binghe se despertó con un gruñido bajo, aturdido e irritable por un sueño profundo al que no estaba acostumbrado.

Movió un poco de su Qi haciendo que la tela se moviera bloqueando la luz que fluía antes de suspirar y cerrar los ojos nuevamente. La suave y cálida presión de la cara de otro dentro de su garganta sacando su cerebro de la dichosa y cálida niebla, ciertamente tampoco estaba acostumbrado a que una de sus esposas estuviera con él cuando dormía, movió sus brazos ligeramente sintiendo el pequeño cuerpo a su derecha. .. el de un niño ... Suyin. Y el cuerpo más grande a su izquierda con la cara en el cuello ... Shen Qingqiu.

Se congeló levemente, momentáneamente presa del pánico por la cercanía de él y el bastardo que lo golpeó a diario durante años, y luego lo arrojó al infierno, antes de volver a sí mismo. Ahora era el agresor. Él era el Emperador Alfa Demoníaco Celestial incomparable que conquistó los reinos ahora, con más esposas de las que podía recordar nombres, y su basura de mierda de un ex Shizun acurrucado a su lado era un Omega con un núcleo arruinado que vivía en un burdel. Tenía que recordar eso.

Exhaló ruidosamente por la boca liberando la tensión solo para tensarse nuevamente cuando la nariz en su garganta lo acarició, contra sus glándulas de olor y una mano que descansaba sobre sus pectorales se flexionó apretándolo accidentalmente, solo un poco y muy suavemente pero lo suficiente para agitar su cuerpo y cerebro.

Y luego miró, incapaz de apartar la mirada, como un animal de presa atrapado en el agarre mortal de una serpiente constrictor mientras Shen Qingqiu se arqueaba y se estiraba de su agarre dejando escapar una exhalación obscena pero completamente silenciosa con suaves vocalizaciones que no estaban destinadas al consumo de otros mientras rodaba. sus hombros y bostezó, una mano golpeando su propio rostro al azar para bloquearlo antes de ser usado para frotar el sueño de sus ojos aún cerrados. Binghe se encontró tragando saliva limpiando su boca llena de saliva. Esperando con creciente agitación pero sin un plan de juego para el momento en que Shen Qingqiu llegaría lo suficiente y lo encontraría en su cama.

Vino. Pero no de la forma que esperaba Binghe cuando un chillido profano sonó desde la puerta seguido de otro grito como una bandeja con té y Congee cayó al suelo de las manos del asistente mientras se estrellaba contra el suelo y los fragmentos rebotaban por el suelo de madera. La mujer sorprendida ni siquiera esperó un segundo antes de salir corriendo de la habitación dejando el desorden en el suelo.

"Dejar. La ventana." Fue todo lo que dijo Shen Qingqiu, de hecho, asomando la barbilla hacia la ventana, sus ojos mirando hacia y desde ella hacia Binghe pareciendo completamente despreocupado por su presencia. Mientras tanto, Suyin estaba a punto de despertarse de manera similar al Omega, murmurando lo que había sucedido, cuando Binghe se deslizó fuera de la cama y se dirigió hacia la ventana, deslizando el panel con una mirada hacia Shen Qingqiu, quien lo estaba mirando plácidamente desde la cama, antes de salir. y deslizándolo de nuevo en su lugar. Estaba casi listo para deslizarse por el alféizar hacia el jardín cuando el sonido de la puerta interior sonó audiblemente junto con el roce de la vajilla rota que estaban recogiendo los asistentes y el paso familiar de la Señora.

"¡Así que el gran y virginal Shen Qingqiu finalmente ha sido desflorado!" La voz de dicha mujer captó su oído en su falsa bravuconería y Binghe frunció el ceño ante lo que la escuchó insinuar, ¡como si fuera tan grosero tener sexo en presencia de un niño!

"¡¿Finalmente?!" Shen Qingqiu resopló ruidosamente, el humor coloreando su voz. "Ese barco zarpó mucho antes de que nos conociéramos, señora, no importa cuánto intente vender esa fantasía a su Lord Huizong".

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