♠ · Capítulo 21 · ♠

13.5K 1.3K 203
                                    

Capítulo 21

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 21. Caricias en llamas II.

♠ · ♦ · ♠ · ♦ · ♠ · ♦ · ♠

Aleksandr deja caer su pantalón hasta sus tobillos y procede a sacarse el poloshirt con extrema lentitud por la cabeza, tentándome a ponerme de pie y a pasar mis manos por cada centímetro de su cuerpo perfectamente esculpido.

Cuando termina de sacarse el poloshirt, lo tira a un lado y con ayuda de sus pies termina de deshacerse de sus zapatos y pantalones. Una vez ya se encuentra solo en bóxer, Aleksandr se sienta a mi lado en la cama y palmea sus muslos, invitándome a sentarme encima de él.

No tan convencida con la petición del ruso, me sostengo de sus hombros mientras me subo a horcajadas encima de él, con cuidado de no caerme de espaldas y de no sentarme instantáneamente encima de su erección creciente.

Poco a poco voy bajando, sentándome encima de él, nerviosa por no sé qué cosa si se supone que ya he hecho esto con él antes, y al mismo tiempo sorprendida por la paciencia que me está teniendo.

—Pensé que ibas a jugar rudo.

—Fueron tres años, Becka. Tres años que esperé por ti... —murmura mientras coloca una de sus manos en mi pelvis y empieza a subirla, tomando el borde de mi camiseta en el camino y quitándomela por mi cabeza—... Y no creo que me mate esperar un poco más.

No digo nada y me limito a ejercer presión con mi sexo sobre el miembro de Aleksandr y a disfrutar de la sensación de cosquilleo que se expande por toda mi vagina, enviando pequeñas olas de placer y haciéndome repetir la acción para sentirlo nuevamente.

Las dos manos de Aleksandr se posan en mi cintura y empiezan a moverme con una lentitud dolorosamente placentera sobre su miembro, siendo así uno de los sentimientos más contradictorios que he tenido: Quería que acelerara el ritmo, pero amaba que me tratara con tanta delicadeza.

—Disfruta de las caricias ahora, Princesa, porque más tarde me encargaré de que mañana no puedas caminar bien.

Yo río, fijando mi mirada en la suya por primera vez desde que me he subido encima de él. Sus ojos son dos esferas de un azul fuerte y oscuro, lleno de un deseo que está a punto de derramar dentro de mí.

—Creo que voy a disfrutarlo —le respondo, moviéndome con más intensidad sobre su miembro erecto y deleitándome con la fricción que hay entre mi intimidad y la suya.

Sus ojos se oscurecen todavía más que antes y su mirada sigue sin apartarse de la mía. Yo sonrío con malicia y empiezo a saltar suavemente sobre él, perdiéndome en el placer que me proporciona este movimiento.

Yo sola estoy condenándome, lo sé, pero me resulta tan excitante que no puedo detenerme.

—¿Te gusta cómo se siente, Aleksandr? —le pregunto en un susurro, tentándolo—. ¿Es así como te gusta tenerme?

Poker Face {A #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora