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¡Soy tu pinche novia!

Segundo día de clases. Tercer día de clases. Cuarto día de clases.

Casi una semana pasó rápido. Era viernes. Ultima clase. Ultima hora.

—Tenemos todo listo. Ya pasé el rumor sobre la fiesta del club — dijo Half bajo, al lado de su melliza.

—Bien. Ayer le mandé un mensaje a Helio. Le pedí que convocara una reunión con los trabajadores del club para mañana.

—¿Iras? —Le preguntó susurrando Half mirando hacia al frente.

-Si. Hable con Arne y le pedí que me acompañara mañana — ella también miró hacia delante y anotó algo en su cuaderno. Half sonrió de lado.

—He notado que ahora tienes amigos, señorita "perra solitaria".

Helena sonrió de lado.

—Hablando de eso, hoy quede con Astric y Arne en hacer una pijamada en mi casa.

—Bien. Hoy quedé con Cris—comentó él notado que su hermana sonrió—él traerá su carro para ir hoy a la fiesta.

—¿Y Galia? —preguntó con curiosidad Helena.

—Ella vendrá desde su casa, igual vive al frente nuestro.

—Vale.

Helena siguió anotando en su libreta. Half la miró por unos segundos.

—¿Por qué no sales con Cris? —indagó él. Helena dejo de escribir y lo miró.

—¿Eh? ¿A qué viene tu pregunta?

—A que a ti te gusta y a él le gustas. Es más que obvio. Además, es un buen tipo—le sonrió. Helena cerró sus ojos y suspiró.

—No siento que esté bien. No siento que sea mi camino.

—O tal vez solo tienes miedo de entregarte.

Helena ladeó se cabeza ligeramente.

—Si, tal vez sea eso. Pero es tu mejor amigo, si algo sale mal entre él y yo no quiero que se ponga rara su amistad.

Half pareció comprender lo que dijo su hermana. Ahora entendía.

—Princesa, siempre voy a estar de tu parte, pero, de pasar algo entre usted es cosa de ustedes, no mía; así que no tengas miedo de cagar mi amistad porque solo yo puedo hacerlo.

Helena le sonrió a su Hermano, tal vez él tenía razón y solo su miedo la frenaba. Miró por detrás de su hermano; Cris se veía atento mientras copiaba lo que el profesor escribió en la pizarra.

Cris era alto como Half, con músculos definidos, ojos azules, cabello rubio, piel bronceada y sus rasgos eran una mezcla de Grecia, Francia e Inglaterra.

Cris desvió la vista de la pizarra y miró a Helena, sorprendido se sonrojó. Helena rio por lo bajo y volvió a enfocar la mirada en Half.

—Me lo pensaré.

El timbre sonó. No pasaron ni diez minutos para que el colegio quedara desértico.

Helena, Astric y Arne se dirigieron al estacionamiento junto a Cris y a Half; el cual tenía al lado a Galia.

—¿Segura que no quieres venir? —le preguntó Helena a Astric. Ella le sonrió con amabilidad.

—No puedo, lo siento. Mi madre nos pidió que vallamos de frente a casa para hacer algo de limpieza antes de la pijamada—dijo Astric. Galia asintió.

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