6

1 1 0
                                    

La especialidad del Club H


A estas alturas de la novela te preguntaras, ¿Qué hace una chica de 17 años a cargo de un club nocturno? ¿Eso es legal? Sus padres que tenían en la cabeza para dejarle semejante responsabilidad.

Pues ... el asunto es que ellos no sabían del secretito, secretito de su hija.

Anteriormente tu leíste que el dinero lo sacó de una herencia, y la verdad, al principio pensó en guardarlo para la universidad dado que Helena quería estudiar en el extranjero. Pero un día; hace un par de años atrás ...

—¿Qué les pasa? —Preguntó Helena al ver a Half ya Cris discutiendo en una de las bancas del patio del colegio. Cris miró a Helena con cara de poker.

—Tu hermano esta demente si piensa que voy a conducir cinco para ir a un club nocturno al cual de seguro no nos dejan ingresar. A demás, de entrar solo estaríamos unos minutos para regresar a casa antes del amanecer. Sin contar que debo tomar prestado el auto de mi padre.

—¿Por qué quieres ir a un club nocturno? —Preguntó Helena ladeando su cabeza sin comprender.

—¿No te has dado cuenta de que no hay ningún sitio aquí para divertirse? —Respondió Half

Helena fingió pensar y responder con total ironía.

—¿Ósea hablas de emborracharte, bailar, fumar y acostarte con alguien? ¿Qué eso no se encuentra en las fiestas que organizan tus amigos? —Levantó una ceja.

—No, Helena, no es igual. Si alguien tuviera las agallas de abrir algo así por aquí, de seguro se hace millonario ...

Helena rodó los ojos y siguió su camino. Las palabras de Half no dejaron su mente ni por un segundo. Millonario. Millonaria. ¿Por un club nocturno? ¿Podría ser cierto? Poco a poco la idea le empezó a atraer y notó que muchos de sus compañeros no tenían un lugar para hacer sus fiestas sin que sus padres se enteraran...Millonaria.

Al salir ese día del colegio camino por una de las avenidas con más tránsito del pueblo. Si iba a hacer algo debía hacerlo bien. Tenía todo: capital, ingenio y una fachada. ¿Cual? Pues Helio andaba pateando latas porque nadie lo quería contratar por falta de experiencia. Din don.

Varios locales estaban para alquilar, pero Helena no quería alquilar poque eso significaría dar explicaciones y luego, de una u otra forma, sus padres se enterarían. Por el lado de Hatay no tenía problemas, pero...Héctor es cristiano, ¿un cristiano dejaría que su menor hija esté a cargo de un club nocturno donde las personas que van de seguro se irán al infierno por fornicadores y amantes de cosas mundanas? ¡De ninguna manera! Pero tampoco le podía decir a su madre que le guardara el secreto porque se opondría a ocultarle cosas a su marido. ¿Entonces qué?

Si de algo contaba ella, aparte de la herencia, era el ingenio para actuar y la sabiduría para elegir bien sus aliados.

—¿Está seguro de vender su casa? —le preguntó Helena a un señor que ponía un letrero en la parte de la ventana de cristal con su nombre y su teléfono.

—Si, querida. La verdad es que necesito venderla lo más pronto posible, tener una casa es una cadena para una persona que quiere vivir en todas partes del mundo...

—¿Cuánto? —le preguntó voz dulce.

—Cincuenta mil, la estoy rematando. Si sabes de alguien que quiere comprarla le avisas...Aunque lo dudo, es una casa my vieja —comentó el señor volviendo a ver su propiedad.

Helena miró la casa.

—¿Puedo verla? —preguntó. El señor se encogió de hombros.

—¿Por qué no?

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 03, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El antes del inicioWhere stories live. Discover now