ASTHOR, EL PLANETA ESCONDIDO #2

CAPÍTULO 1: ¿Debería asustarme?

¡Por fin! Asthor El Planeta Escondido ya está disponible. Muchísimas gracias a todos los que han apoyado esta historia, sobre todo a esos que han estado a mi lado desde el principio.
Espero que os guste muchísimo el camino que toma cada personaje, ya que lo he hecho con muchísimo cariño.
No dudéis en recomendar el libro #1 Los Secretos de Bialya, todo vuestro apoyo está haciendo mi sueño realidad.
Bueno, no os entretengo más. ¡A leer!
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Un mes después del escape...

Kesha

El ruido de dos voces jóvenes y masculinas revolotea por mi mente, al igual que las risas que salen inocentemente de sus bocas. Me encuentro en un lugar completamente desconocido. La habitación está vacía, ni siquiera tiene muebles. Es simplemente una habitación de paredes blancas y suelo abrillantado.

Dos niños de unos 7 años corretean por ella riendo y jugando a un juego extraño en el que intentan escapar el uno del otro.

- ¡Corre Robbin! - grita un niño moreno que lleva una camiseta amarilla con una animación en ella.

- ¡No puedo más! - contesta el otro antes de lanzarse al suelo hiperventilando.

- Vaya rollo... Si sigues así nunca podrás ganarme.

- ¡Nadie puede ganarte!

- ¡Tú podrías hacerlo si quisieras!

- No. No es verdad. El día que alguien te gane no sé qué harás. - dice un chico rubio con una camiseta roja, dándole un manotazo a su amigo.

- ¡Lo mataré! - grita el otro poniéndose de pie antes de empezar a reír.

- ¿Y si lo quieres?

- Yo no quiero a nadie.

Antes de que su amigo pueda contestarle, una puerta de cristal se abre y empiezan a entrar guardias armados en la habitación rodeando a ambos chicos como si fueran una amenaza.

- Robbin, ¿podrías salir un segundo? - pregunta una voz de mujer dulce que me resulta desagradablemente familiar.

El niño de la camiseta roja, sale corriendo seguido por todos los guardias que no dudan en dejar al otro niño a solas con la señora.

- Hola. - musita el niño con la mirada fija en el suelo.

- Hola, cariño. Ya casi has terminado con la iniciación. - informa la mujer cogiéndole de la barbilla para que sus miradas se crucen.

- Entonces, ¿podemos volver a casa? - susurra el niño con un hilo de voz y un ligero destello de esperanza sumergido en sus ojos.

- Antes tienes que hacer una cosa más.

- ¿Qué? - pregunta el niño entusiasmado mientras se le asoma una sonrisa ingenua en el rostro. - Si lo hago bien, ¿podrás comprarme ese libro que vimos en el escaparate?

- Ya veremos...

- ¿Qué tengo que hacer?

- Mátalo. - ordena la mujer antes de dirigirse hacia la puerta.

- P-pero e-es m-mi m-mejor a-am...

- Me da igual. Si no lo haces tú, lo harán ellos.

- ¡NO! - grita el niño agarrándole las piernas a la mujer para que no se mueva. - Por favor. - susurra con lágrimas en sus ojos.

- Mátalo. - repite la mujer antes de empujar al niño agresivamente. - Sécate esas lágrimas, solo los perdedores tienen tiempo para llorar. - suelta saliendo de la habitación, dejando al niño llorando y gritando desolado.