CAPÍTULO 8: Hermanos

968 68 21
                                    

¡Hola lector@s!!!!

Perdón, perdón, perdón. Sé que la semana pasada no actualicé capítulo, pero he estado a tope con exámenes. Ya los he terminado, así que ahora ya tendré más tiempo. 

Aquí os dejo el nuevo capítulooooo. 

---

Isabella

El aire frío penetra en mi rostro a medida que corro, alejándome de la pequeña ciudad hecha cenizas tras de mí. El desierto parece infinito y, que el cielo se haya cubierto de nubes de color gris, no ayuda a mantener la arena en el suelo y evitar que nos distraiga. Mi corazón va a mil por hora, de hecho, es posible que en cualquier momento deje de funcionar, pero, a pesar de eso, una increíble sensación de paz y alegría entremezcladas recorre todo mi cuerpo, impulsando mis emociones al límite. De pronto, sin saber muy bien por qué, una pequeña risa sale de mi interior, armonizando el silencioso exterior, hasta que, no puedo parar.

La adrenalina me hace gritar, llorar, reír e, incluso, saltar mientras avanzamos por el largo camino de vuelta a la nave. Es extraño que, después de destrozar una ciudad entera y haber declarado una posible guerra interespacial, me sienta más libre que nunca. Las carcajadas de Lewis y Scott no tardan en sumarse a la mía, que va aumentando sin razón alguna a medida que una suave lluvia empieza a caer sobre nuestros cuerpos.

Al entrar al bosque, esa luz grisácea se hace todavía más oscura, a causa de las grandes hojas y ramas que colapsan la entrada de luz al territorio. A lo lejos, puedo escuchar pequeños animales haciendo ruido, mientras que las gotas caen sobre los pequeños charcos estancados que caracterizan el húmedo bosque. Sin embargo, una misteriosa vibración llama mi atención.

Intento mover la cabeza para quitármela de la mente, pero por alguna razón, cada vez se hace más persistente, hasta el punto que parece que tenga un insecto dentro del oído. Me detengo exhausta, colocando las manos en mis rodillas para poder tomar aire, lo que hace que, unos metros más allá, Scott y Lewis paren de correr, también.

- ¿Todo bien? - pregunta Scott alzando una ceja mientras que Lewis se acerca con una sonrisa.

- ¿Te has hecho daño? - pregunta alargándome la mano para que apoye mi peso en ella.

- No, no, es solo que tengo una sensación extraña, como si alguien intentara llamarme...

- Si, mi estómago, para que te dejes de tonterías y lleguemos a la nave de una vez. - suelta Scott acercándose, al ver que se había quedado demasiado adelantado.

De repente, esa desconocida vibración vuelve a aparecer, pero mucho más intensa, lo que bloquea cualquier pensamiento racional que se me pueda ocurrir. Analizo mi alrededor con detenimiento, esperando encontrar un animal exótico culpable de esta horrible pesadilla, pero no hay nada. El bosque oscuro parece cada vez más claustrofóbico, como si se cerrara por momentos evitando que podamos salir.

La mano de Lewis roza mis dedos y, en cuanto alzo la mirada, observo como sus ojos se han teñido de color dorado mientras que observa el horizonte con una ceja en alto, intentando descifrar el origen del molesto ruido.

- Isabella... - susurra una voz a lo lejos, poniéndome la piel de gallina. - Isabella...

- No te muevas. - ordena Lewis colocándose frente a mí, como si eso fuera a suprimir esa voz.

- Ostras, pues ahora que lo dices estaba a punto de correr hacia la voz que parece sacada de la película de Annabelle. - contesto poniendo los ojos en blanco, a lo que él me contesta dedicándome una sonrisa de lado.

ASTHOR, EL PLANETA ESCONDIDO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora