Capitulo 11

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Estresada, irritada, desquiciada y con ganas de estrellar un niño contra la pared sin parar.

Ese era su nuevo estado de ánimo desde que el niño se mudo con ellas, cada dia molesta por la misma situación, juguetes regados por todos lados que se ha clavado ya en el pie en varias ocasiones. Accidentes que llenan el departamento de un horrendo olor, llantos por la noche por un supuesto monstruo. Estaba totalmente cansada de la situación.

— Ju — su tormento le habla tocando sus rodillas con un dedo, ella lo mira, ya va a empezar con sus palabras locas, suspira con irritación — Ju cielo bonita.

— Dime, niño — responde con fastidio, al pequeño le brillan los ojitos al escucharla, por alguna razon le encanta estar a su lado, el juega y ella mira, pero siempre se encuentra tranquilo con ella a su alrededor.

— ¡A comeeeeeeeeer! — escuchan la voz de Claudia, la primera en salir corriendo es Julie, el pequeño va inmediatamente detrás de ella.

La ojimiel toma asiento y el pequeño se sienta a su lado, imita cada acción que ella hace y eso solo logra irritarla aún más.

— Hice pollito, mi amor — la rubia se dirije al pequeño — tu favorito, Gabito.

—No Gabito — responde el pequeño, Claudia lo mira extrañado — Ju niño.

—Tu eres Gabito, hijo — le dice aún confundida, el pequeño niega con la cabeza.

— Yo niño — el mira a la ojimiel que come como si no hubiese un mañana y le estuvieran arrebatando la comida — Ju — la llama, pero ella no le presta atención — Ju, Ju, Ju, Ju

—¿Que pasa, niño? — responde frustrada, el pequeño mira a su madre como diciendole "ves".

La rubia cae en cuenta y comienza a reir, su hijo queria que le dijera niño al igual que Julie, si el supiera.

— Es posible que yo hablandole con amor este más encariñado contigo que le dices niño porque no te sabes su nombre — dice riendo, Julie la mira desconcertada, ¿De que se perdió?

— Si se como se llama, no me gusta su nombre — responde encongiendose de hombros — tiene el mismo nombre que el idiota que tiene por padre. — sin más continua comiendo.

No es que odie al niño, a lo largo de esos días ha aprendido a convivir con el. Sí, el niño es molesto e irritante pero también es un buen niño, obediente y muy limpio. Sin embargo, el nombre que tiene la pone de malas, incluso en diminutivo lo odiaba. Le recordaba a ese hombre y lo que le hizo a la pobre de Danna, y sobre todo le recordaba a Claudia huyendo de el con temor a ser golpeada. Muchas veces ha intentado convencerla de ir a presentar cargos pero la rubia parece siempre entrar en pánico. Y aunque Claudia nunca llame al niño "Gabriel" y siempre lo haga en diminutivo aún asi sigue siendo molesto, le molesta recordarla casandose con el, le molesta saber que tuvo un hijo con el, le molesta saber que el la toco y luego no supo cuidar de ella.

Y durante todos esos días le habia costado darse cuenta de lo mucho que eso la hacia enojar, pero sobre todo, le habia costado aceptarlo. Pero se habia propuesto una nueva meta, un nuevo rumbo, realmente queria intentarlo con su vecina, salir con ella, ver hacia donde van las cosas y por fin tener una pareja, dejar de estar de mujer en mujer y dedicarse a intentar hacer feliz a una sola. Tal vez esa sea la única manera de sacarse la espinita de Claudia del corazón.

— Voy a salir — anuncia al terminar su almuerzo, Claudia asiente y el niño la mira con ojitos llorosos, casi siente ternura por el, casi. — nos vemos luego.

Una vez fuera del departamento acomoda su chaqueta y se alisa el cabello con la mano, se golpea mentalmente, ni siquiera se acordo de arreglarse un poco.

Toma valor de donde no tiene y toca al tiembre de su vecina, quiere arreglar las cosas, explicar el mal entendido que hubo con Claudia, realmente esta dispuesta a todo por intentarlo.

— Ah, eres tú — escucha decir a su vecina apenas esta abre la puerta.

—Hola, Brissa — responde nerviosa — yo queria saber si tu quiere, es decir, si te gustaria, si no te molesta salir conmigo ahora, vamos a algún lado y hablamos un poco — habla muy rápido y casi tropezando con las palabras, sin embargo el gesto de enojo en la chica que tiene al frente no cambia.

— No tenemos nada de que hablar, Julie — responde seria — tu tienes tu nueva familia, he escuchado incluso un niño a través de la ventana, veo que estas estable y me alegro por ti. Lo mejor seria que...

— No, no, no, ellos no son... no son mi.. mi familia — por alguna extraña razón decir eso se sintio horrible por dentro, Claudia y el niño han sido lo más cercano a una familia que ha tenido nunca — ella es una conocida que tiene problemas y le ayudo dandole asilo por un tiempo — explica aun con esa extraña sensación en el pecho, ¿por qué se siente como si estuviera traicionando a alguien o algo? — y el es hijo de ella, el niño no me agrada.

Ok, eso se sintio aún peor.

— Esa chica menciono que dormia contigo — responde la morena, sacando de sus pensamientos a Julie quien se habia quedado observando a la nada, pensando en las plabras que dijo anteriormente.

— Oh, pero se referia a dormir de verdad — dice fijando su vista en Brissa — no a.. bueno.. a eso. Nunca la he tocado, somos amigas.

Nunca la he tocado.

A su mente llegan imagenes de ellas mucho más jovenes en casa de la rubia haciendolo en cada rincón, una sensación extraña recorre su espalda al pensar en ellas teniendo sexo en la actualidad, joder, seria maravilloso.

— No te creo que tengas una chica guapa viviendo contigo y no hayas intentado llevartela a la cama.

Pues creetelo, que asi es, incluso para ella es extraño, paso mucho tiempo fantaseando con Claudia y su cuerpo, que imagino que si algún dia la volvía a tener en frente le haria el amor sin parar. Sin embargo, realmente se habia limitado a observarla de lejos, a guardar distancia, a no hablarle a menos que sea necesario.

— Mira, Brissa, entiendo que no me creas, ni yo misma lo hago. Pero no he tenido nada con ella. — dice sincera — Quiero intentar conocerte, y quiero que salgamos, quiero llevarte a citas y quiero demostrarte que valgo la pena y que puedes confiar en mi. Me gustas, Brissa, me gustas mucho y si tu me lo permites quiero llevarte conmigo y hacerte ver que yo te encanto demasiado y también quieres intentarlo conmigo. Entonces, ¿saldrías conmigo?

— Tienes suerte de ser sexy — contesta con una gran sonrisa en el rostro — voy por mi bolso.

La ojimiel permanece parada en la puerta, bien, logro hacerla aceptar la salida, eso esta bien, ¿cierto?, eso es lo que quería.

Pero, ¿por qué no siente la felicidad que creyó que sentiria?

Julie Y Claudia (TERMINADA)Where stories live. Discover now