Leyes De Atracción ♡ ︎ Soukoku

Parte 2: Inercia

El cumpleaños de Dazai este año es un día entre semana, lo que significa que es muy molesto en la escuela, porque todavía hay un grupo de chicas que aún no están desilusionadas y lo felicitan por su cumpleaños deseándole lo mejor. Hay un par de chocolates envueltos de forma bonita.

(Hubo un tiempo en el que las confesiones de amor se acompañaban con regalos, pero eso fue antes de que Dazai anunciara por la megafonía de la escuela que ya no aceptaba confesiones de amor. Y a Chuuya le había dicho que le parecía interesante cómo la gente se atrevía a confesar sus sentimientos. Chuuya recordó haber respondido que el hecho de que Dazai tenga inconvenientes con la sinceridad no significa que todo el mundo sea igual).

...En fin.

Como hay mucha gente inteligente en su escuela, (o sea: el afligido presidente del Consejo Estudiantil, Sakaguchi) quien incluso ya ha colocado una caja con la etiqueta "Regalos de cumpleaños de Dazai-kun" cerca de la zona de taquillas de zapatos. Y así se quita al chico de encima por momentos.

— Qué bien, hoy no hace tanto calor — comenta Chuuya cuando pasan junto a la cafetería medio llena a la hora de comer. Han sido un par de días bastante sofocantes, el verano ya se hace notar. Hoy, sin embargo, cae una llovizna que ayuda a mantener un ambiente más fresco, aunque un poco húmedo. Entonces los chocolates no se derretirán tan fácilmente.

— Hmm, ¡qué golosinas habrán para alguien tan dulce como yo!

— Creo haber visto un 95% de chocolate negro — bromea Chuuya —. Probablemente de Atsushi.

— Akutagawa-kun es una mala influencia para él — se queja Dazai, pero su expresión facial es alegre, como si estuviera muy interesado en esa interacción.

— La culpa es tuya por ser un senpai de mierda — Chuuya ajusta el agarre de su bolsa cuando Dazai intenta darle un golpe en el estómago por ese comentario —. Si hubieras sido un buen modelo a seguir, esto no sería un problema.

— Mejor que ser un senpai como Chuuya, ya que tu kouhai no puede ni verte la mayor parte del tiempo...

— Cállate, imbécil.

— ¿Tal vez deberías probar el uniforme de las chicas? Al menos puedes salirte con la tuya llevando tacones...

— ¡Oi, no es que no existan zapatos de tacón para los hombres!

— Pfffft, ¿por qué Chuuya sabe eso?

La cara de Chuuya se enrojece aún más por la risa de Dazai.  — ¡Solo lo sé!

— ¿Intentaste comprar un par?

— ¡N-No!

— Ah, así que querías hacerlo, pero te dio demasiada vergüenza, ¿eh? — Dazai hace un ruido de consideración —. Mm, verás, a menos que los tacones midan dos metros, ¡realmente no funcionará!

— ¡¿Dos metros?!

— ¡Como los zancos! — Dazai aplaude con alegría mientras salta delante de Chuuya, caminando hacia atrás para que puedan mantener el contacto visual —. ¡Y luego los rompería y vería al chibikko agitarse y caer!

— Deja de intentar hacerme zancadilla, maldito.

— ¿Tienes miedo de caer por mí de verdad?

— Haces un aterrizaje muy incómodo — refunfuña Chuuya mientras trata de alejar a Dazai para que no se choque con Kyouka (una de sus kouhai que está ayudando a llevar un montón de carpetas a la sala de profesores) agarrándose a los brazos del otro —. Solo eres huesos afilados, pedazo de flaco.

— Al menos tengo huesos largos, a diferencia de cierto desafortunado que podría nombrar~♬

— ¡Deja de cagarte en mi altura, maldita sea!