Por lo general, casi todos los que pertenecían al equipo del hospital psiquiátrico se rendían ante el nuevo recluso. Ya sea por su poca colaboración, mala actitud e incluso daños físicos que él mismo les provocaba. No era un caso fácil y (N) lo sabí...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
┏━━━━━━━❈✦❀✦❈━━━━━━━┓
𝙻𝚊 𝚙𝚊𝚣 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚝𝚘𝚛𝚖𝚎𝚗𝚝𝚊
┗━━━━━━━❈✦❀✦❈━━━━━━━┛
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Es increíble lo mucho que has avanzado en tan poco tiempo, carajo, (N), dime tu secreto — exclamó el director del edificio.
— Un mago nunca revela sus secretos — contesto en broma.
— Está bien, enviaré estos informes al departamento grande. Asegúrate de continuar como lo estás haciendo, quien sabe, tal vez pueda conseguirte un asenso.
— No es necesario, usted sabe que hago este trabajo porque quiero ayudar a los criminales, no es tanto por una cuestión del dinero.
— Lo sé, no hace falta que me recuerdes la escena que hiciste con tu salario — soltó una carcajada — Deja de ser tan modesto y celebra si consigues el aumento.
— Si insistes... — respondo algo avergonzado, ya que la escena de yo prendiendo fuego mi salario fue tema de burla por varios días.
— Vamos, incluso tu novia se pondrá muy feliz.
Y de nuevo aquella palabra que me generaba dolor de cabeza.
— Por supuesto — sonrío — ¿Hay algo más en lo que pueda servirle?
— Por hoy nada, puedes volver a tu hogar.
— Muchas gracias, nos vemos mañana — me despedí saliendo por la puerta de su oficina.
Al salir me topé con un pasillo totalmente envuelto en soledad. Ningún rastro de vida se hallaba, tal y como si fuese un edificio antiguo abandonado. Esto era algo entendible, ya que era bastante tarde y la poca gente que quedaba se encontraba terminando sus tareas o en la cafetería comiendo.
Comienzo a dirigirme hacia la habitación de los casilleros, lugar en donde todos tenían la obligación de dejar su mochila con sus objetos personales, ya sean documentos, dinero, celulares y entre otros. Al llegar lo primero que hago es sentarme en uno de los asientos del sitio y apoyo mis manos sobre mi cara.