El dinero en un país pobre

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¿Sabe usted, señor Kapuchytski, cuánto significa el dinero en un país pobre? El dinero en un país pobre y en un país rico son cosas muy distintas. En el rico, el dinero es un valor con el que puede usted comprar determinados productos en el mercado. Usted es simplemente un comprador, incluso lo es un millonario. Podrá adquirir más cosas pero no por eso deja ser ser un comprador y nada más. En cambio, en un país pobre el dinero es un seto vivo maravilloso, espeso, fragante y eternamente florido tras el cual puede usted aislarse de todo. Este seto le impide ver la pobreza que se arrastra a ras del suelo, oler el hedor de la miseria, oír las voces que llegan de las capas más bajas de la sociedad. Pero al mismo tiempo usted sabe que todo aquello existe y se siente orgulloso de disponer de su seto. Tiene usted dinero y eso significa que tiene alas. Es un ave del paraíso que despierta admiración. ¿Podría usted imaginarse que en Holanda se congregase la multitud para ver a un holandés rico? ¿O en Suecia o en Australia? Aquí, sí. Aquí, si aparece un príncipe la gente correrá a verlo. Correrá a ver al millonario y luego durante mucho tiempo irá de un lado para otro diciendo: he visto a un millonario. El dinero transformará ante sus ojos a su propio país en una tierra exótica. Todo empezará a sorprenderle: el cómo vive la gente, el por qué se preocupa, y usted dirá: no, esto es imposible. Y lo repetirá cada vez más a menudo: no, esto es imposible. Y será así porque usted ya pertenecerá a otra civilización y ya conoce la ley de la cultura: que dos civilizaciones difícilmente se conocerán y entenderán entre sí. Empezará usted a volverse sordo y ciego. Se sentirá bien en su civilización, rodeada por el seto vivo, y las señales procedentes de la otra, le resultarán tan incomprensibles como si las enviasen habitantes del planeta Venus. Si tienen ganas podrá usted llegar a ser un descubridor en su propio país. Podrá convertirse en un Colón, en un Magallanes o en un Livingstone. Pero dudo mucho de que tenga ganas. Semejantes excursiones son peligrosas y usted no está loco. Usted ya es un hombre de civilización y la defenderá y luchará por ella. Regará usted su seto. 

Ryszard Kapuscinski- El Emperador (p.61)

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⏰ Last updated: Dec 08, 2021 ⏰

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