De pronto algo llamó la atención de Voland en la torre redonda del tejado, a sus espaldas. Un hombre de barba negra,sombrío, vestido con túnica y sandalias hechas por él, harapiento y manchado de arcilla, surgió de la pared.
—¡Vaya! –exclamó Voland mirándole con cierta burla–.¡Lo que menos me esperaba es verte aquí! ¿Qué te trae, huésped inesperado?
—He venido a verte, espíritu del mal y dueño de las sombras –contestó el recién llegado, mirando a Voland de reojo, con aire hostil.
—Si has venido a verme, ¿por qué entonces no me saludas,exrecaudador de contribuciones? –dijo Voland con severidad.
—Porque no quiero que sigas con salud –contestó insolente el recién llegado.
—Pues tendrás que conformarte con ello –repuso Voland y una sonrisa desfiguró su boca–, casi no has tenido tiempo de aparecer en el tejado y ya has dicho una necedad, y te diré en qué consiste: en tu tono. Has pronunciado las palabras como sino reconocieras la existencia del mal y de las sombras. Por qué no eres un poco amable y te detienes a pensar en lo siguiente:¿qué haría tu bien si no existiera el mal y qué aspecto tendría la tierra si desaparecieran las sombras? Los hombres y los objetos producen sombras. Esta es la sombra de mi espada. También hay sombras de árboles y seres vivos. ¿No querrás raspar toda la tierra, arrancar los árboles y todo lo vivo para gozar de la luz desnuda? Eres un necio.
El Maestro y Margarita. Cap. 29- Bulgakov

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Fragmentos que impactan
RandomEl objetivo de este título es el de almacenar aquellos fragmentos que han influido notablemente en la evolución de mi pensamiento. Espero que para todos aquellos que estén cansados de leer las mismas citas de los mismos autores o que tal vez quieran...