Cap 2

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Tanto como Diego y Elizabeth se mantuvieron en silencio después de la "plática" que habían tenido hasta que Elizabeth hablo al darse cuenta que su padre no se dirigía a la casa de su madre.

—¿A donde vamos? —pregunto rompiendo el silencio.

—¿A donde crees? —contrapregunto su padre en su semblante serio de siempre.

—Pues no lo sé por eso te pregunte — dijo con sarcasmo.

-—Solo espera a que lleguemos.

—Okey.

Después de un rato llegaron a la academia a lo cual Elizabeth se sorprendió al ver qué su padre la llevo a la academia.

—¡¿De verdad me trajiste?!  —preguntó emocionada

—Me voy a arrepentir de esto, pero sí, y que no se te olvide seguir las reglas

—Como sea —rodó los ojos.

Ambos se bajaron del coche y Diego  tocó la gran puerta que estaba enfrente de ellos, un chimpancé abrió la puerta y Elizabeth se sorprendió al verlo.

—Buenas tardes joven Diego y señorita Elizabeth —saludo el chimpance amablemente con una sonrisa. Ambos entraron a la academia.

—Hola Pogo —saludo el latino para después meterse en su mundo dejando a su hija y a Pogo solos.

—Amm hola, supongo que eres Pogo ¿Cierto?

—Esta en lo correcto señorita Elizabeth, ya esperaba conocerla.

—Yo también —dijo con una media sonrisa.

—¡Elizabeth, ven! —se escucho la voz de Diego desde el segundo piso.

—Creo que su padre la ocupa.

—Sí, fue un gusto conocerte Pogo.

—Lo mismo digo señorita Elizabeth.

Sin mas Elizabeth subió las escaleras hacia el paradero se su padre.

—¿Que pasó? —pregunto estando frente a su padre.

—Ven te quiero enseñar algo, sígueme—hizo un ademán con su mano derecha para que su hija lo siguiera.

—Okey —murmuró algo confundida.

Diego llevo a su hija a su antigua habitación.

—Te presento mi habitación.

—Wow —dijo la adolescente fingiendo emoción.

—¿Qué no te gusto?

—Pues la verdad esperaba algo mejor—encogió los hombros.

—Tenías expectativas altas —cruzo sus brazos.

—Algo así.

—¿A qué te refieres con eso?

—Osea estamos hablando de Sir. Reginald Hargreeves, pensé que por lo menos te daría una mejor habitación o aunque sea una decoración no tan aburrida, como está —señalo las paredes de la habitación.

—Pues aunque no lo creas era un tacaño y se conformo con darnos esta habitación a cada uno de nosotros.

—Espera ¿Todas las habitaciones son así?

—Si, aúnque no lo creas.

—Pues entonces que poca imaginación tenía el don.

Ambos soltaron una pequeña risa.

—Elizabeth quiero hablar contigo, pero quiero que mantengamos la calma ¿Okey? —camino hacia la adolescente.

—Dime.

La hija de Diego Hargreeves - The umbrella academyWhere stories live. Discover now