Cap 12: apocalipsis

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El ojiverde se levantó temblando, no tenía control alguno sobre su respiración.
Le tomo demasiado tiempo tratar de calmarse ¿Fue un sueño?   

Se levantó y se teletransporto de nuevo al refugio. Entro con una preocupación notable, al ver a la chica sentada en el colchón sin pensarlo se acercó y la abrazo.

Prometo quedarme, no saldré más a menos que sea necesario —dijo Cinco con voz temblorosa.

Eli se quedó callada y siguió con el abrazo hasta que el chico logro tranquilizarse.

—¿Qué pasó? —pregunto Eli cuando Cinco se calmo. Se separó de ella y la miró detenidamente —Ey ¿Esta todo bien? —volvio a preguntar la chica. El ojiverde se quedó callado, Eli acaricio las mejillas del ojiverde, ya logro entender de que se trataba —Estoy bien —le dio una sonrisa consoladora.

Cinco cerro los ojos tratando de que las lágrimas no salieran.
La chica solo se acercó de nuevo y lo abrazo. No hay mejor consuelo que un abrazo.






































°6 meses despues°











































Después de aquel sueño que parecía realidad, Cinco tuvo que ser sincero con ella y hablar sobre ese recuerdo.
Se lo explico tratando de que no llegara a sentirse culpable de algo que no tenía culpa.
Mientras se lo explicaba Eli no pudo evitar retener las lágrimas. 
Durante los días siguientes la chica se la pasaba callada y Cinco la entendió por completo pero al pasar los meses Eli volvió a ser la misma, la misma chica que preguntaba por todo, que tenía curiosidad por tantas cosas, a pesar de todo todavía mantenía su inocencia y el brillo de sus ojos seguían ahí brillando como una estrella.
Cinco no entendía cómo logro volver a ser la misma después de saber por lo que pasó, necesitaba saber cómo logro sanar esa herida, tal vez era porque no recordaba todo pero aún así es una herida de la que nadie puede recuperarse tan rápido pero ella lo hizo y no tenía ninguna explicación, pero algo que no sabía era que Eli salía por las noches del refugio, se alejaba lo más que podía y dejaba salir las lágrimas mientras veía las estrellas, aquellas luces que alumbraban el cielo le daban una mínima esperanza para seguir adelante, porque lo prometió, prometió no dejar a Cinco solo y tenía que cumplirlo, por aquella promesa todavía no se rendía.

El ojiverde llevaba pensando un tiempo que era necesario que la chica saliera del refugio y fuera a conocer lugares del país que aún seguían de pie, pero la salud de ella era un impedimento demasiado grande.

Eli estaba recargada en el hombro de Cinco quien estaba leyendo un libro sobre el océano y los animales que habitaban en el.

—¿Crees que el océano todavía exista? —pregunto Eli viendo el libro.

—Sí —respondió Cinco —Hace unas semanas fuí a buscar suministros al estado de California ¿Recuerdas dónde queda?

—Mmm... en el oeste del país —respondió Eli después de unos segundos tratando de recordar —Recuerdo que me dijiste que ahí estaban las playas más bonitas del país.

—Exacto —dijo Cinco orgulloso al ver que ya podía retener algo de información —Encontre una casa que está frente al mar, sigue ilesa y he estado pensando en llevarte.

—¡¿De verdad?! —se separó de Cinco con una emoción notable —¿Vamos a ir?

—Tal vez, has mejorado en tu salud —miro a Eli —Pero siento que el calor de la costa puede llegar a afectarte. Además es un camino largo.

La hija de Diego Hargreeves - The umbrella academyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora