☘︎Cᴀᴍᴘᴀᴍᴇɴᴛᴏ KNY☘︎ [𝚃𝚊𝚗𝚣𝚎𝚗]

21# El sueño de Zenitsu

Pov Onmisciente

El rubio corría por el bosque húmedo. Escapaba de algo. Se tropezó con una rama, cayando al acto.
Antes de que ese "algo" le pudiera hacer daño un burdeos de pendientes hanafunda se interpuso.

El rubio levantó la cabeza cuando dejó de escuchar el estruendoso ruido que emitía ese ser, y se relajó al escuchar la sonata tranquila del burdeos.

- ¿Estás bien, Zenitsu? - un chico de ojos rojizos, cabellos burdeos, con un traje negro y un haori de cuadros negros y verdes le brindaron el apoyo de su mano.

- ¿Eh?, ¿Quién eres? - su rostro, su voz y su sonido se le hacían familiares.

- ¿Eh?, ¿Te volviste a dar un golpe en la cabeza? - dijo acariciando sus cabellos rubios - Soy Tanjiro.

- ¡¿Tanjiro?! - exclamó. ¿Cómo era posible?, Si estaban en un campamento, ¿Donde estaba?.
- ¿Dónde está el campamento?.

- ¿Campamento?, ¿Qué es eso? - lo miró confundido - Creo que es mejor que Shinobu te revise - se levantó.

- ¿Ah? - Zenitsu se levantó de golpe - ¿Dónde vamos? - Tanjiro agarró la mano de Zenitsu.

- Vamos a la finca de Shinobu - sonrió. Zenitsu se sonrojo al ver que el burdeos sostenía su mano.

Zenitsu se fijó en la caja de madera que tenía el burdeos en su espalda. El burdeos lo miró de reojo.

- Nezuko está bien - habló con tranquilidad.

¿¡Nezuko estaba dentro de esa caja!?, ¿¡Cómo era eso posible!?, ¡Es diminuta!, Zenitsu pensaba.

Ambos llegaron a la finca donde Shinobu los recibió gustosa. Tanjiro le comento todo lo ocurrido. Shinobu solo le entregó unas medicinas.

- Con esto estoy segura que se recuperará - Zenitsu estaba en shock, Shinobu estaba igual que Tanjiro, sin embargo, su haori era blanco y patrón mariposa.

- Muchas gracias, Shinobu - Tanjiro agarró, otra vez, la mano del rubio - Hasta luego.

- Hasta luego - se despidió la chica azabache.

Zenitsu recorrió la finca hasta llegar a una habitación. No sabía que hacía allí, ni que era todo eso. Tal vez solo tenía que preguntar de que trataba todo.

- ¿Qué es todo esto? - pregunto.

- La finca de Shinobu - Tanjiro dejó la caja con cuidado en el suelo.

- No, no, es decir, ¿Por qué llevamos esta vestimenta tan rara? - Zenitsu observaba con detenimiento su traje.

- Porque somos cazadores de demonios - se sentó al frente de Zenitsu.

- ¿Demonios?, ¿Cazadores? - Zenitsu estaba confundido. Tanjiro acarició la mejilla de Zenitsu.

- Creo que dormir te hará sentir mejor - Tanjiro se levantó y agarró un futón.

- No tengo sueño - Zenitsu observaba los movimientos de Tanjiro. Este Tanjiro también era amable.

- Ven - agarró con delicadeza el brazo de Zenitsu.

- O-oye...Tanjiro - estaba en el futón con Tanjiro que se encontraba abrazándolo.

- Shhh.. - se sentía tan agusto estar junto a Tanjiro. Zenitsu sin darse cuenta se durmió.

Zenitsu se levantó, seguía junto a Tanjiro. Se sentó en la cama. Observó el rostro dormido de Tanjiro. Se veía tan dormido y cómodo.
Acarició los cabellos ajenos. Eran suaves, con una fragancia a hierbas e tierra. No se resistió a ese Tanjiro dormido. Le dió un beso en la mejilla.
La caja de madera de movió. Zenitsu se asustó. Pero, cuando se abrió y vio a la pequeña Nezuko con un bambú en su boca le pareció ver una linda niña. Ella lo miró.