❝𝗟𝗢𝗩𝗜𝗡' 𝗨 - lee jeno.❞

37.

Siendo sincera, Jeno me ayudó bastante estas semanas luego lo sucedido con YuhKei, logró hacerme reír, ya no pasaba tan triste los fines de semana, tenía a quien contarle mis preocupaciones, me sentí tan en paz con él. Jeno me pidió empezar de nuevo, empezar nuevamente con la amistad que por parte de ambos "arruinamos", temí un poco por ponerme a pensar en todo lo que pasó los años anteriores, pero Jeno prometió no volver a ser celoso ni agresivo conmigo. Y así fue, ahora estábamos disfrutando del comienzo del invierno.

Las preciosas calles de Seúl estaban siendo cubiertas por capas finas de la fría nieve, había estado toda la noche dando un paseo junto Jeno. Estaba tan concentrada escuchando a Jeno hablar sobre que no me di cuenta en que momento había entrelazado su mano con la mía, ¿Por qué vuelvo sentirme de esta manera cuando Jeno tomaba mi mano? ¿Por qué mis mejillas arden?

── ¿Estás bien? Eunsang, estás sudando y te noto algo extraña. ──Jeno paró su caminata, de su bolsillo sacó un pañuelo y me lo entregó.── Oh... Ya sé que te ocurre.

── No me ocurre nada, estoy muy bien. ──Respondí.

── ¿Te gusto? ──Lo miré confundida con su pregunta.

── ¿Qué estás hablando? No, camina.

── Sí, yo te sigo gustando.

── No, no me gustas.

Jeno miró a su alrededor y me tomó sorpresivamente de la cintura, de un momento a otro tenía su rostro junto al mío y puso su frente contra la mía, su respiración empezaba a chocar con la mía. En un acto rápido lo alejé de mí, los latidos de mi corazón literalmente iban a mil, mis mejillas ardían, estaba muy avergonzada ¿Él iba a besarme?

── ¿Qué haces? Jeno, ya hablamos de esto, sólo amigos, eres un imbécil.

── Eunsang, las malas palabras, ni siquiera te toque... pff... ──Jeno me soltó y siguió caminando.

Empecé a imaginar un montón de cosas con las últimas acciones de Jeno, estaba temiendo de que pasara lo que yo no quería.

── Lo siento, yo no quería decirte así, no quise tratarte de esa manera. ──Fui detrás de él para poder pararlo, pero no pude, él era más fuerte que yo.

── Eunsang, no importa, ya pasó. ──Ni siquiera volteó a mirarme y siguió en lo suyo.

── Bueno, ya es hora de que me vaya, es tarde, gracias por dar un paseo conmigo... puedes hablarme cuando llegues, sí es que quieres, descansa ¿Sí? ──Sonreí, intenté contener mis lágrimas, no quería llorar, por lo menos no ahora.

Me fui por el lado contrario al que Jeno caminaba, acomodé bien la bufanda que estaba usando, estaba haciendo cada vez más frío. De un momento a otro alguien me detuvo con fuerza, sus brazos estaban yendo hasta mi cintura y apoyó su cabeza en mi hombro, vi unos mechones casi rubios y rápidamente pude reconocer quien era, el mismísimo Jeno.

── No sé que me pasó, estoy arrepentido, Eung te lo prometí. ──Admitió.

── No, está bien, te entiendo. ──Quité sus brazos y me di la vuelta para mirarlo.─ Solo no seas tan rudo para responder, te lo dije muchas veces, tú no te das cuenta pero lastimas a los demás.

Pude notar como sus ojos estaban con una que otra lágrima, busqué entre mi bolso un paquete de pañuelos, saqué unos de los pañuelos y se lo extendí; Jeno tomó el pañuelo y limpió las lágrimas que estaban por sus mejillas. Yo solo observaba lo que hacía, no sé en que momento me puse a mirar detalladamente cada parte de su rostro, sus ojos siempre fueron algo que me gustaba de Jeno, junto sus mejillas, recuerdo que siempre me gustaba picar sus mejillas. Mi mirada se fue a sus labios, eran finos y de un bonito color coral, estaban cubiertos de un bálsamo de labios que él siempre usa, siempre fueron algo que quise "probar". Rápidamente quité aquellos pensamientos de mi cabeza y me repetí todo el rato la misma oración: "Los amigos no se besan", hasta que al fin me atreví a preguntar qué es lo que ocurría.

── ¿Por qué llorabas? ──Lo miré extrañada, casi nunca lo veía de esa manera, además que no sabía la razón de porqué lloraba.

── Pensé que te ibas a alejar de mi, de nuevo... Me asusté. ──En ningún momento su mirada cruzó con la mía, sus mejillas estaban teñidas de ese característico color carmín. Reí levemente.── Deja de mirarme, es vergonzoso.

Primera vez que veía ese lado de Jeno, me sorprende eso viniendo del amargado y molestoso Jeno.