CAPITULO 12: LA VERDAD

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La primera semana paso rápida por que disfrute de la compañía de Andrea, pero se me hizo lenta en el sentido que la culpa me torturaba. Sabía que yo no había hecho nada malo, pero temía a la reacción de Andrea. ¿Me creería? El solo estar retrasando mas el contarle la verdad me hacía parecer y sentir culpable.

Los mensajes y acosos por parte de Kat no cesaban, lo único bueno fue que dejo de venir a mi casa, lo malo era que me llamaba y me enviaba constantes mensajes de texto.

Hoy le diré la verdad a Andrea, estoy decidido. Me miro en el espejo revisando que mi cabello este bien peinado. Necesito decirle la verdad a Andrea antes de que alguien más lo haga, si no lo digo yo puede que lo mal interprete. Suspiro tratando de ser valiente, en eso tocaron a mi puerta.

—Adelante—dije sin apartar la mirada de mi reflejo en el espejo.

— ¿Tom? —me voltee y vi a Benedict cerrando la puerta detrás de él.

— ¿Qué pasa Ben? —me acerque.

—Pasa que no le has dicho nada a Andrea, hermano intento contener a Mari pero… está muy molesta contigo por haber engañado a su amiga.

—Yo no la engañe—me paso las manos por el cabello sintiéndome frustrado.

 —Salgamos a dar una vuelta—sugirió Ben.

—Tengo una cita con Andrea.

—Déjala que se distraiga con Mari ambas lo necesitan.

Suspire y asentí. Salimos de mi habitación, cuando llegamos a la de Andrea, Mari y Andrea iban saliendo. Entre los cuatro hablamos y ellas decidieron que irían a pasear y tomar un café, mientras Ben y yo íbamos a tomar unos tragos.

Subimos al auto de Ben. Condujo unas cuantas calles hasta que llegamos al bar que siempre solíamos ir. Entramos y yo pedí unos cuantos tragos. No bebí mucho, quería estar lucido para cuando tuviera que hablar con Andrea. Hable con Benedict, le explique cómo me sentí y llore con él, hace tanto que no lloraba con Ben.

Después de que me tranquilice regresamos a mi casa. Las chicas ya estaban ahí. Estaba decidido en hablar con Andrea, necesitaba mi celular para explicarle las cosas a Andrea. Llegue a mi habitación, abrí la puerta y encendí las luces. Di un respingo al ver a Andrea ahí parada, nunca pensé encontrármela ahí. Un momento. ¿Qué hace ella aquí?

—Amor—dije con una mano en el pecho, intentando que se me calmara el ritmo acelerado que había tomado mi corazón—me has dado un susto de muerte ¿Qué haces aquí sola y a oscuras?

—No me digas amor—dijo molesta y con un nudo en la garganta.

—Andrea ¿Qué te pasa? —pregunte frunciendo el ceño al ver su expresión. Intente acércame a ella pero ella retrocedió.

—No te me acerques Thomas—en su mirada vi que estaba furiosa y dolida. ¿Qué paso para que se pusiera a si? A menos que… no, imposible.

— ¿Qué te pasa Andrea? —pregunte confundido.

— ¿Qué significa esto? —Me aventó el celular y lo atrape a tiempo, antes de que callera al suelo. Al ver la pantalla del celular abrí los ojos sorprendido. Mierda. Vio un mensaje que me mando Kat. Era tarde. Andrea había mal interpretado todo. Rogué al cielo por que ella me diera una oportunidad para explicárselo.

—Déjame explicarte—le pedí apenado.

— ¡¿Explicarme qué?! ¡¿Qué solo fui un juego?! ¡¿Una más del montón?!

—No—dije con expresión seria—tú eres a quien yo realmente amo—la mire profundamente. Me dolieron las palabras que ella dijo. Soy un hombre maduro, hecho y derecho. No tenía por qué ir andando por ahí jugando con las mujeres. Además yo jamás he sido un hombre que juega con las mujeres, son algo que yo admiro y respeto mucho.

—Por favor tú no conoces lo que es el amor.

— ¡Te equivocas! —cerré los ojos y suspire, intente relajarme para no explotar, sus palabras me dolían y calaban en el alma y corazón. —no lo conocía hasta que llegaste tú.

—No mientas más. Descubrí tu engaño.

— ¿Cuál engaño? ¡Jamás te he engañado! Solo estas confundida, yo te amo a ti y tú me amas a mí.

—No, ahora tú te equivocas, te amaba—volteo a otro lado.

—Es no es cierto—dije y sentí que me tembló la voz.

—Si es cierto, escúchame bien Tom Hiddleston, NO TE AMO.

— ¡Pues no te creo!

—Pues créetelo—seguía sin voltear a verme.

—Andrea mírame a los ojos—si algo había aprendido en mi vida era que, si una persona te dice algo serio y no te mira a los ojos, lo más probable es que esa persona este mintiendo.

— ¿Qué? —pregunto aun con la mirada perdida en algún punto del suelo.

—Mírame a los ojos y dime que no me amas—aprovechando que ella no me miraba, me acerque lo mas que pude a ella.

—Bien si es lo que quieres—alzo la mirada. Cuando alzo la mirada estábamos tan cerca que mi nariz rosaba con la suya— yo…

— ¿Sí? —pregunte mientras acaricie con ternura su mejilla.

—Yo…yo…—su mirada bajo a mis labios. Quería besarla, justo ahora, para demostrarle sin palabras lo mucho que la amaba.

—Dilo—roce mis labios con los suyos.

—Te amo Tom—susurre sobre mis labios. Dichas aquellas palabras la bese con profunda pasión y desesperación. Correspondió el beso de la misma manera y enredo mis brazos en mi cuello, mientras yo posaba mis manos en su cintura. De golpe ella se separo y me dio una cachetada— ¡No me vuelvas a besar! ¡Te odio! ¡Lárgate!

—Estas en mi cuarto y en mi casa—no tenía la intención de búrlame, pero me pareció gracioso que intentara correrme de mi propiedad.

—Perfecto entonces me largo yo.

—Andrea—dije con fastidio. Se estaba comportando como una niña.

—Adiós Thomas.

Salió corriendo de ahí. No deje de llamarla, ella no volvió.

Obsessed 2: Me without youWhere stories live. Discover now