5. Pelea

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Ese nombre pareció hacer eco en mis oídos y estragos en mi mente.

—Si no quieres yo...

—Está bien, dime —interrumpí.

Apretó los labios antes de hablar con inseguridad.

—Sabes que desde siempre he sido muy cercana a Momo, más de lo que soy con Chaeyoung.

«Lo sé, Dahyun» pensé.

—Pero ahora más que nunca veo a Momo perderse a sí misma —continuó ajena a mis pensamientos— Y no sé a quién más recurrir, lo siento por pedir esto, tal vez es demasiado, pero, ¿Podrías salir de vez en cuando con ella?

Me sorprendió demasiado aquella petición.
Veía a Momo de vez en cuando, pero últimamente no hemos tenido los ánimos para salir o ponernos de acuerdo...
Dahyun seguía hablando mientras estaba encapsulada en mis pensamientos hasta que recordé la propuesta de Momo el día de ayer, llevé una mano a mi frente y suspiré.

—¿Pasa algo? —cuestionó.

—No, solo que recordé algo, lo siento Dahyunnie.

—No te preocupes, podemos hablar otro día si quieres —ofreció amablemente.

Asentí, así que pedimos la cuenta y me llevó a casa. Antes de cerrar la puerta la miré, amaba lo que me transmitía, era una tranquilidad muy linda, pero no de la del tipo de una relación o de amor romántico, le tenía plena confianza como amiga y la amaba como tal, una chica tan dulce y gentil.

—¿Puedo abrazarte? —la pregunta salió tan rápido y sin pensarlo de mis labios.

Dahyun sonrió y asintió abriendo sus brazos para mí, enrollé los míos a su alrededor y respiré su lindo aroma.

—Gracias por aceptar hablar conmigo y no guardar ningún rencor, lo aprecio demasiado —dije, aún sin soltarla.

Su mano se dirigió a mi cabeza y  acarició mi cabello con delicadeza.

—No agradezcas, somos amigas antes y después de cualquier cosa, así que ya no te agobies.

—Tampoco te agobies tú —rompí el contacto y le sonreí— espero que puedas encontrar algún día a alguien que te ame como lo mereces.

—Lo sé, aunque no lo necesito, mientras tenga amigas que me quieran y yo a ellas, me siento bien, estoy completa.

Asentí y la despedí.

"Estoy completa" amé sus palabras, podía ver a una versión de Dubu más madura, pero sin perder la ternura, digamos que solo evolucionó su forma de pensar, porque físicamente seguía siendo hermosa como siempre y seguía dando ternura.




[...]




—Sanake, vamos a cenar —habló la voz de Jeongyeon al otro lado de la línea telefónica— apuesto que no has comido.

—¿Cuánto apuestas?

—Lo que quieras —reprimí una risa pequeña y le di un mordisco a la manzana que se encontraba sobre la barra de la cocina.

—Bueno, estoy comiendo una manzana.

—¡Eso no cuenta! —exclamó con cierta sorpresa.

—Sí cuenta porque es comida.

—Joder, yo invito, vamos a cenar —su tono de voz era inquieto e insistente, detalle que comenzó a preocuparme pues regularmente ella no insiste demasiado para verme o sacarme de casa, y si lo hacía era con calma.

Go Back For Me | SamoWhere stories live. Discover now