Reflexión

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-¿Má...? ¿Pá...? -llamé al abrir la puerta de mi casa.

-Creo que no están... -murmuró Nezuko atrás de mí-, probablemente van camino al aeropuerto.

Asentí ligeramente y dejé que ella entrara. Regresé con el señor Shinazugawa; le expliqué la situación, que mi familia no iba a estar en el país por dos semanas.

-Quizá sea lo mejor, dudo que te darían permiso de participar en la investigación.

Sí, era lo más probable.

No me gusta la idea de mentirle a mis padres, pero estaba de acuerdo con él. Aparte de que era mejor no involucrar a más gente de la que ya había.

Ahora falta ver qué opinan los padres de los otros...

Pensó Sanemi.

De lejos, me despedí de Genya y Zenitsu y me metí a mi casa.

Cuando cerré por completo, me recargué en la pared y respiré hondo; habían pasado muchas cosas. Volver a la escuela, el descubrimiento de mi "poder", la persecución...

Parecía que mi mala racha aún no terminaba.

-¿Estás bien? -preguntó mi hermana.

Me senté en el suelo y froté mi cabeza.

-Sinceramente, no lo sé.

-¿Y estás seguro de... querer hacerlo?

Lo pensé un poco.

-Debo hacerlo, Nezuko -la miré cansado-. Lo escuchaste, hay vidas en juego.

Ella suspiró y se acomodó junto a mí.

-Supongo que es inútil pedirte que no lo hagas, ¿verdad?

Reí un poco.

-Eres igual de terco que mamá... -mencionó.

Hubo un breve silencio en la sala hasta que dije:

-Así que... Zenitsu, ¿eh?

Mierd-

[.........................]

Me encontraba en mi cama, listo para dormir. Sin embargo, no tenía sueño. Esta vez los pensamientos de las otras personas no era lo que me impedía descansar, sino los míos.

¿Y si en lugar de ayudar a la investigación del maestro Sanemi, la perjudicaba? ¿Qué pasará si me descubren? ¿Cómo es que me vi involucrado en todo esto en primer lugar?

Eran tantas preguntas. Necesitaba hablar con alguien.

Y como si me hubiera escuchado, mi celular vibró. Inmediatamente lo encendí y revisé quién era.

K:
Hola.

Una bonita sensación atravesó mi estómago.

T:
Hola Kanao,
¿Sucede algo?

K:
¿Qué haces
despierto?

El Telépata Where stories live. Discover now