Love's Train

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-Mierda -maldijo Genya, cuando terminé de contar lo que escuché en la fiesta.

Omití el baile que tuve con la chica, por mi bien.

-Bien, sin p-presiones... ¿No? -tartamudeó mi amigo rubio-. Muchas vidas están en nuestras manos, fácil.

Empezó a perder el aire a causa de su ansiedad, hasta que Inosuke lo sostuvo por los hombros y le dio una fuerte cachetada.

Hasta a mí me dolió.

-¡Tranquilizate, imbécil! ¡Pones nerviosos a todos!

Zenitsu dio una mirada a los presentes; aún se notaba el miedo en sus ojos.

Tanjiro, ¿vas a dejar que el cerdo me golpeé así?

Escuché su mente, indignada.

Puse una cara sarcástica.

Está bien, está bien. Quizá lo merecía.

El oficial Tomioka mantenía una expresión seria y comía de sus frituras. A pesar de que pude haber escuchado que pensaba, decidí no entrar ahí.
Probablemente habría más caos que en el cruce de Shibuya* en hora pico.

Volteé a ver a las dos chicas atrás de mí. Nezuko lucía nerviosa por todo lo que escuchó, mientras que Kanao estaba de brazos cruzados y sin mostrar emoción en su cara, claramente estaba enojada.

Les di una sonrisa tratando de calmarlas, pero solo provoqué qué me miraran con preocupación.

-¿Tiene algún plan, señor Tomioka? -preguntó Genya algo tímido.

-Sí, no... -sacudió la cabeza y se levantó de su asiento-. Déjenme pensar y los contactaré después.

Se dirigió rígido hacia la entrada.

-¿Con contactarnos se refiere a que vendrá durante cualquier hora del día y sin aviso? -preguntó Zenitsu.

...Y cerró la puerta.

-Um... ¿Gracias, supongo?

Hubo un breve silencio que fue interrumpido por mi amigo salvaje.

-¿Y ahora qué...?

Hubo un silencio sepulcral, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Quizá anunciaba la llegada de un mal augurio.

Tratamos de relajarnos, pero la tensión seguía en el aire.

Nezuko lavaba trastes y Zenitsu los secaba, Genya veía una película con Inosuke en la sala. Mantenían una expresión de aburrimiento, pero pude detectar que aún seguían algo agitados por la noche anterior.

¿Qué estará haciendo Aoi?

Sonreí con tristeza al distinguir el pensamiento de mi amigo.

La culpa me atormentaba por haberlos traído a este lío. Eran los mejores amigos que un adolescente idiota como yo pudo haber tenido, y así se los pagaba.

Noté que Tsuyuri no estaba, entonces decidí buscarla.

Subí las escaleras de la casa y reconocí la melodía de una canción que venía del piso de arriba. Sonaba como una balada romántica, tranquila y ritmica.

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⏰ Last updated: Mar 06 ⏰

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